“El Dorado” de la Gran
Bretaña. Para
sustituir al decadente imperio español en
Venezuela Inglaterra penetra con finura y ya en 1838 posee dentro del país 26
casas de comercio, así como en 1867 se atreven a instalar sobre el río Caura la
colonia Pattisonville, de corta duración. De zarpazo en zarpazo en 1878 el
inglés ha llegado a la cuenca del río Cuyuní, donde sabe que hay oro y
diamantes, reclamando también con la impotencia venezolana (por las guerras y
pobrezas) territorios en las bocas del Orinoco y especialmente en las áureas minas
de El Callao, que pronto hablará inglés creole. En 1880 los piratas británicos con sus colonos
y asientos invaden terrenos patrios entre el Amacuro y el río Pomarón, cuyo
resultado como dijimos fue el rompimiento de relaciones diplomáticas, mientras
los ingleses hacen caso omiso de retirar sus migrantes. En 1886 los ingleses victorianos sin respetar
líneas divisorias cruzan el río Yuruary y ya extienden sus límites coloniales
hacia las minas de El Callao. Luego para
noviembre de 1890, con el inmenso daño que se ha hecho a la depauperada
Venezuela los británicos usurpadores con sus falacias territoriales han ocupado
a juro los 203.310km2 desde el río Esequibo, la rica cuenca del río Cuyuní,
numerosos caseríos venezolanos y hasta las fundamentales bocas del río Orinoco,
en cuyos sitios los navíos británicos considerándose dueños cobran “una especie
de peaje marítimo”. Continúa.
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