sábado, 29 de octubre de 2011

LOS DOS HIJOS DEL ESTÉRIL SIMÓN BOLÍVAR.

Amigos invisibles. Aunque parezca contradictorio con el título certero de este trabajo voy a demostrar de una manera lógica y cargada de fuentes diversas la maniobra tiempos ha urdida, para acabar de manera definitiva con aquella idea mitológica que sostienen algunos, contando entre ellos a varios científicos de obra calificada, en que Bolívar no tuvo hijos, porque sencillamente era estéril, cosa por demás obra de la imaginación y sin ningún fundamento siquiera histórico, ya que las pruebas en su contra son apabullantes y por tanto dignas de toda estimación, que al ser imbricadas con otras testimoniales demuestran de manera clara y palpable todo lo contrario, es decir que tuvo descendencia, en lo que desde luego hay que tener mucho cuidado ya que puede haber infiltración sentimental en ese sentido, lo que no descarto por consiguiente.
            Sin embargo voy a tratar puntos conceptuales como el aspecto social de dicho intríngulis, desde luego una visión genética hereditaria, la conocida vida amorosa del Libertador, en lo que fue prolífico, y por razón desprendida de esa compostura la descendencia supuesta que tuvo Don Simón, primeramente entre numerosas mujeres con quienes sostuvo relaciones sexuales, según fue comentario general con diversas pruebas escritas y orales sobre su donjuanismo, aunque sometidas a un análisis más riguroso del que se puede acometer en este escrito, pero hay otras más íntimas, más cercanas al propio Bolívar, que exudan cierta seguridad en cuanto a las ejecutorias planteadas. Y por último presentaremos la realidad de los dos hijos ilegítimos del caraqueño Simón Bolívar, sobre los que yacen suficientes pruebas familiares, emocionales, declarativas, de recuerdos históricos y hasta de características fisonómicas, como de tratamientos genealógicos que confirman la realidad de lo que hoy sostengo ante el mundo interesado en este trabajo, por demás fundamental en la vida del caraqueño, que ahora estudio de la siguiente manera:
1)      La cuestión personal,  se refiere a su calidad de hombre viudo, sin hijos aparentes y que por la vida trashumante a caballo que llevara dentro de aquel tiempo sujeto a leyes severas de conducta, le impedía así excederse y en su condición de líder revolucionario, lo que le imposibilita construir un hogar donde tener hijos legítimos, pues como sabemos su esposa fallece pocos meses después de estar casado y sin dejarle descendencia. Por ello siempre eludió referirse a este tema sino al final de su vida, para no desfavorecer la condición mítica que lo cercaba hacia el mundo femenino tan proclive a yacer con los héroes, al estilo antiguo, porque era simpático cuando le interesaba una mujer. Por otra vertiente el hecho de tener hijos fuera del matrimonio era condenado por la Iglesia y en ello la sociedad colonial tenía temor de las consecuencias, de donde se extremaba el cuido a fin de evitar los hijos bastardos y aún realengos (como los expósitos), que podían afectar un apellido, provocando en el infante así nacido cierta minusvalía tácita que lo hiciera mantener siempre en un segundo plano, sin poder aspirar una mejor condición social, al extremo de tener prohibido hacer mención de su origen ilegítimo y menos de mencionar a su presunto padre, a quien por excepciones se podía recordar como el “padrino”, y aquel preguntar a hurtadillas sobre “el ahijado”.
2)      La cuestión genética se refiere en lo que nos concierne a las ramas ascendentes de Simón Bolívar, que fueron prolíficas y salidas del giro normal de lo pacato, como era menester, porque si a ver vamos en su árbol genealógico de lo heredado desde los ancestros que llegaron a Venezuela dieron quehacer en la cuestión de faldas, y no se diga del famoso tatarabuelo Francisco Marín de Narváez, que entre otros tuvo una hija escondida para evitar las malas lenguas, aunque las paredes tienen oídos, y también, que se sepa los abuelos Ponte y Jaspe de Montenegro, éste de origen gallego, con el dinero que tenían se unieron con negras ricachonas en carnes y mezclaron la sangre en medio del desenfreno de la pasión. Pero el que más se excede es el propio padre de Simón, llamado Juan Vicente Bolívar y Ponte, hombre libidinoso, erótico de fama, que dejó regados numerosos hijos en la provincia aragüeña, cercana a Caracas, dueño prácticamente de todas las infantas de la región, sostenedor de celestinas que lucían bien en su papel, y que con el diablo lujurioso metido en el cuerpo el obispo Díez Madroñero le siguió un  juicio por el pecado de la carne, con 23 mujeres que declararon en su contra, muchas de las cuales confesaron tener hijos de este sátiro, y que por ser hombre de poder, la sentencia salió prácticamente a su favor, porque las pecadoras fueron las mujeres involucradas, y él devino en un santo varón. El hijo mayor de este superman sexual se enreda con una mujer caraqueña con quien pronto tendrá cuatro hijos bastardos, y no tuvo más porque pronto murió ahogado. Pero la hermana María Antonia se dejó de cuentos y del apellido cuando le pone cuernos a su vejuco y paralítico marido para tener dos hijos extramatrimoniales, uno con cierto juez picaron de la corte provincial caraqueña, el Oidor Felipe Martínez, y otro con un almirante familiar cercano de los Bolívar, de apellido Clemente, y hasta ya pasada de edad termina en brazos de un carpintero, que en la chulería le birló mucho dinero, mientras la sobrina Felicia era vox populi en Caracas que había terminado en serios coqueteos románticos con un portugués brasileño, porque hija (o nieta) de gato, caza ratón. Sobre esta base genética, temperamental y nada tímida, no es de extrañar que el Bolívar cundido de testosterona hubiera resultado, tal como fue, un hombre cazador de mujeres, que las tuvo a montones en muchas oportunidades, siendo padre de escondidos retoños pasajeros.
3)      Las mujeres de Bolívar. En mi libro “Los amores de Simón Bolívar y sus hijos secretos”  hago un amplio comentario  sobre este aspecto de la vida íntima bolivariana, donde me refiero a las clases de mujeres con que se relacionó el caraqueño en este sentido, no solo por el temor a enfermedades sexuales de carácter grave, sino por las consecuencias de un embarazo no deseado, en un tiempo en que no se podían esconder aquellos episodios por la falta de contraconceptivos ante estas calamidades. Fue poco lo que anduvo sobre el particular con mujeres que lo pudieran atar en un momento, dada su vida mundana y aventurera, por lo que prefirió la presa fácil que no pudiese comprometerlo y en lo que sobresalieron, que conozcamos por encima, damas casadas, mujeres liberales aunque de recato y en especial servicios y muchachas jóvenes sin problemas personales, que encontró en el camino de su vida y en especial donde posaba. Dentro del análisis que he realizado pude conocer que desde los 16 años de edad el caraqueño mantuvo relaciones de alcoba con damas de diferente índole y por 31 años seguidos, hasta que murió acosado por la tuberculosis, recordando en este momento que tanto el padre como la madre de este caraqueño murieron afectador por tal enfermedad enervante, que entre sus características hace lujurioso al que la sufre, por aquello de la defensa de la especie y que en ese caso heredó también con mucha fuerza este Bolívar que tenemos presente.
        
4)    Información sobre amantes e hijos.   En  el libro en referencia se señalan 27 amantes, de diferentes nacionalidades, y otros amores menos conocidos, que suman nueve más, con veinte supuestos hijos y algunas hijas,  que suman nueve, tenidos la mayoría en países que hoy llaman bolivarianos, lo que no quiere decir bajo ninguna forma que toda esta andanada de supuestos retoños sean en verdad su herederos, porque muchas vivarachas pueden habérselos adjudicado, por diverso interés, entre lo que más vale es el dicho de “ser hijo de Simón Bolívar”, aunque ese supuesto no se pudiera comprobar. Sin embargo sea oportuno traer a la memoria y antes de referirnos a los hijos verdaderos, que entre los que andan en fila para ser reconocidos en este sentido están Flora Tristán (1803-1844), la primer líder feminista europea con ideas sociales, cuyo físico y espiritual era muy parecido a Bolívar, y el sacerdote colombiano José Secundino Jácome, nacido en 1814, cuya estatua en Gramalote, frente a la iglesia del pueblo santandereano, tiene escrito en su base “Hijo de Simón Bolívar”. Otro sería el “ahijado”  Simoncito Froissart, de quien encomienda su educación, en París, a la pariente Fanny Du Villard, y el señor Ricardo Segovia, quien iba a llamarse Ricardo Bolívar, según pretendía la enamorada madre, como me lo contara personalmente en Caracas su bisnieta nonagenaria, con puntos y señales, la delicada dama Ana Segovia.
5)      Otras damas  que dijeron tener hijos de Bolívar  y que en cierta forma son reconocidos por los lugareños, sin mayores pretensiones dentro de la historiografía, fueron las madres de Socorro Bolívar (Magangué, Colombia), Manuela Josefa Cuero (Yumbo, Colombia), un N. Vernaza (Popayán), Ángel Bolaños (El Trapiche, Colombia) Engracia Salinas (Angostura, Venezuela), Rudecindo Caicedo Mosquera (Popayán), N. Vallejo (Carlosana, Nariño), N. Jarrín (Tacabundo, norte de Quito), un “retardado mental” con Joaquina Garaicoa, en Guayaquil, Manuel Ortega (Nabón, Ecuador), Juan Antonio Fernández (Cuenca), N. Rojas Ayacaba (Saraguro), José Manuel Perú Arrieta (Pisco, Perú), Simona (San Borondón, Guayas), y Dolores Zambrano (Otavalo), fuera de otros muchos que no cito, por tener incompletos esos testimonios.  
     6)     LOS HIJOS CIERTOS DE BOLÍVAR  que he podido averiguar son, el primero JOSE ANTONIO DE LA TRINIDAD COSTAS,  hijo de María Joaquina Costas, boliviana, nacido en Potosí el 5 de julio de 1826 y muerto en Caiza el 8 de octubre de 1895, con descendencia.  Siendo muy niño de apenas meses de nacido es llevado por 400 leguas y a caballo desde Potosí hasta Lima, para que lo conozca su padre Bolívar, según disposición expresa del Libertador ordenada al general José Miguel de Velasco, luego Presidente de Bolivia, por 20 años. Allí en el Rimac pintó a la madre Joaquina (separada de un general argentino) el famoso retratista José Gil de Castro, que había hecho otros óleos al Libertador. Siempre fue mencionado este hombre culto como “hijo del finado Simón Bolívar”, llevando incluso sus nombres, salvo el de Simón, para evitar atentados, según se prueba con la partida de matrimonio, del 2 de octubre de 1895.  A la madre de tal preciado hijo Bolívar le escribe, para los recalcitrantes que todavía desconfían de su paternidad (“…seguiré muy de cerca  el desenlace [del embarazo], ya que fuera de Bolívar y Ponte  pondré a buen recaudo la honra de usted en cuanto a mi conducta personal…”.  Más claro no canta un gallo.
     7) MIGUEL SIMÓN CAMACHO, es el otro hijo cierto de Bolívar, engendrado por el Libertador en octubre de 1819 cuando el viajero pernocta por varios días en la ciudad de Pié de Cuesta (Santander, Colombia), siendo su madre la lugareña Ana Rosa Mantilla. A sabiendas de tal alumbramiento, en julio de 1820, poco tiempo después el Libertador comunica del hecho a su hermana y confidente María Antonia, de modo tal que “con el vivo retrato de Bolívar” se traslada a Caracas, donde admitido el infante “la tía” María Antonia se preocupa en la educación de su sobrino, asentándolo en casa de su hija Valentina, casada con don Gabriel Camacho, de donde Miguel Simón tomó el apellido Camacho. Poco después Miguel Simón fue enviado a Lima para su educación, a quien acompañó por mucho tiempo y de servicio, desde Caracas, el mulato Lorenzo Camejo, hijo del célebre Negro Primero.  Hombre culto y educado, ya hombre Miguel Simón se establece en Quito, ejerce de comerciante y funda su familia que con el tiempo se residencia en Francia. Al morir en Quito, el 10 de julio de 1898, encabeza el cortejo fúnebre el Presidente de la república Eloy Alfaro. Sobre su origen como hijo de Bolívar existen numerosas cartas que así lo prueban, incluso dando fe de ello el ilustrado arzobispo de Quito, González Suárez, asentando además que su nieto Manuel Benalcázar Camacho tenía los mismos rasgos fisonómicos del Libertador. De esta rama Camacho (Bolívar) existen descendientes que aún moran en el extranjero, entre ellos Margarita Camacho , quien casa con Manuel Benalcázar, con 4 hijos nacidos, y el vástago Manuel tuvo a la hija María Eulalia, madre a su vez de Martha A. Ordóñez Benalcázar, quien vivía en Europa para el año 2.008, según me fue comunicado.
8)      He aquí la respuesta indubitable a cierta célebre frase que Bolívar en Ocaña comunica y para la posteridad al coronel Luis Peru de Lacroix, cuando le expresa de manera enfática “No soy estéril y tengo pruebas de lo contrario… El Potosí tiene para mí tres  recuerdos: Allí me quité el bigote, allí usé vestido de baile, y allí  tuve un hijo”. Sobran los comentarios. Los pájaros agoreros y quienes arropados con la ciencia infusa piensan en lo contrario, deben guardar sus trabucos naranjeros para otra mejor ocasión.
                                                               
 ramonurdaneta30@hotmail.com

sábado, 22 de octubre de 2011

LA AVINAGRADA CUENCA DEL MAR MEDITERRÁNEO.


Amigos invisibles. El tema que vamos a tratar en esta ocasión es por demás amplio, porque ocupa toda la cuenca acuífera y sus adyacencias geopolíticas a lo largo de ese “mare nostrum” que ha sido inicio y fin de múltiples sucesos históricos, con desplazamientos multitudinarios de población, invasiones bárbaras, inicios de culturas milenarias y germen fundamental del ser y el acontecer de nuestros orígenes en el mundo occidental, en lo que nos compete. Desde un comienzo ese inmenso mapa político estuvo sometido a presiones exógenas provenientes en mayoría por pueblos orientales como los asirios y centroasiáticos, aunque el mundo faraónico ya irradiaba civilización desde tiempos bastante remotos y mientras se preparaba para tomar justa posición la cultura helénica, que nos aporta fundamentalmente la noción del Estado, el sentir filosófico y el amor por las ciencias antiguas y las artes.
            Pero hubo un personaje que cambia de manera radical aquel panorama aún no bien determinado y que se llamó y hasta lo tildaron como Alejandro Magno, macedonio de origen, efebo de buena casta caudillista que para arrodillar a sus rivales se larga por los caminos de la vida en son de conquista y llegó hasta las puertas de la India. Este hombre aventurero, contendor en la Historia con Darío y que hasta tuvo sus devaneos homosexuales, porque ahora sí se puede escribir de estos dislates sin que lo miren con extrañeza a uno. Por manera que poco a poco el mar Mediterráneo se transforma en el centro de los grandes acontecimientos de nuestro mundo, porque en sus costas se asientan grupos sociales de suficiente trayectoria a lo largo de los siglos, como es el caso de los contados griegos, de los romanos, los persas que se acercan a este mar comercial, los jinetes que cruzan los desiertos desde el Medio Oriente y con la aparición de dos rutas fundamentales, que son el comercio de la seda atravesando por el centro de Asia para salir frente al mar por tierras de fenicios, o la ruta de las especies (canela, clavo, ámbar, incienso, mirra etc.), que viene también desde el extremo arábigo para avecindarse en tiendas negociales de los zocos o mercados establecidos en las costas de aquel territorio. A ello habría que agregar el mercado de esclavos procuradores de la mano de obra fundamental, que de antaño se ejercía bajo diversas formas.
            Así las cosas otro hecho viene a suceder en dicho mundo variopinto sujeto a tantas indeterminaciones, y me refiero con ello a la ancestral influencia religiosa que encauza la conducta de esos pueblos, porque dentro del ámbito mosaico que arranca desde Abraham para conducir multitudes, una secta se desprende de la religión judaica, que la encabeza Jesús de Galilea, el hijo del carpintero José y de María, que en vuelta de poco tiempo empieza a acaparar prosélitos, en un terreno que algunos llamaban Judea y otros para ponerle salsa a la diatriba lo llamaron Palestina. Ese continuo discurrir de opiniones contradictorias, todo en medio del poder imperial romano, pronto se diluye con la aparición de otra figura de gran significación y venida del desierto, que entre los suyos y para los otros se llamará por siempre el profeta Mahoma, figura estelar histórica que con su arribo al escenario de las confrontaciones se atizan las disputas de supremacía entre los contendientes religiosos que ahora pululan por el ejercicio del poder desde sus moradas ancestrales, donde se dispersa la presencia permanente irradiada a partir de Roma pero que entra en el conflicto que se abre ya desde Constantinopla, con varias iglesias que le son fieles y otras cuestionables, pero que donde se impone con mayor rigor el eje religioso que habrá de llevar la bandera del Islam, como nuevo poder político de la región, es en las tribus mahometanas que a partir del desierto arábigo bajo la sombra de la cimitarra y a la permanente voz de ¡Alá¡ en menos de dos siglos se hacen en buena parte dueños del mar Mediterráneo, donde  establecen todo un poder de permanencia, y de seguidas en grandes cuadrillas de seguidores bajo el imperio del terror político invaden no solo a España, para permanecer siete centurias bajo el mando y el mestizaje de la raza, sino que se introducen en Europa y a las puertas de Viena son contenidos, mientras que en Francia en medio del fragor guerrero de Carlos Martel y en la batalla de Poitiers  (732) éste supo derrotar a los islámicos invasores del andaluz Abderramán, mesnada que ahora en las vueltas producidas por la vida conquistan de nuevo a Francia, que se llenará de mezquitas y hasta quizás de alguna suerte de burkas.
            Los siglos pasan, transcurre el período apasionado de las cruzadas y el acomodo de las circunstancias es otro cuando ya a finales del siglo XV y en plena etapa de descubrimientos geográficos el ajedrez político que se vive en el mar Mediterráneo por cierto es muy diferente, con nuevas potencias emergidas en su entorno y otras que andan en esta función. En ese entonces dentro de dicho sistema acuático, dos polos opuestos se entrecruzan, cual es la capital Bizancio, que desde 1453 ha sido tomada por el Islam de las sectas túrquidas y ejerce una enorme influencia y poder con el signo de la media luna por delante, y del otro extremo aparece el nuevo reino español, por la fusión de Castilla y Aragón, que expulsa de su territorio a los últimos siervos de Mahoma. En este contexto real se puede expresar que en toda la costa sur del expresado Mediterráneo y salvo algunas excepciones temporarias como Argel, Orán y el norte de Marruecos (Ceuta) se rinde honor al Corán dirigiendo sus plegarias y el cuerpo postrados en una invocación  hacia La Meca. Al mismo tiempo otras nuevas potencias aparecen en el Mediterráneo, como Francia y algunos estados que hoy forman parte de Italia, la latina, tal el caso de Génova y Venecia junto a Roma que se unen para luchar contra el Islam y lo derrotan en la batalla de Lepanto. Para entonces existen comunidades mahometanas establecidas en Europa, lindantes con los eslavos del Sur, que por siglos han tenido serias diferencias limítrofes e ideológicas en el seno del territorio llamado los Balcanes, lo que desembocó recientemente en una guerra genocida con la extinción definitiva de la república de Yugoslavia, engendro político del mariscal Tito, episodio que trajo como consecuencia la desaparición y el sacrificio de millares de personas.
            Así las cosas podemos ahora pensar que para antes de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) en el mar Mediterráneo existían tres poderes de importancia, con su correspondiente respaldo militar. El primero venía a ser el viejo imperio otomano, con su capital que era Estambul (ahora es Ankara), centro ideológico que irradiaba su poderío hasta en Asia Central, el Mar Negro y todo el mundo árabe, aunque por el desgaste ocasionado por las guerras intestinas y algunas nuevas conquistas su presencia poderosa había disminuido de manera notable (ahora en franco repunte, con el ministro Erdogan) y más cuando que a raíz de la Gran Guerra una casta militar manejada por Kemal Ataturk cambia los destinos de ese imperio con el fin de laicizarlo, mientras que en otro equívoco más el Sultán reinante al unirse con el eje manejado por Alemania pierde la guerra, con el resultado de ceder el puesto de alta potencia regional a la astuta Inglaterra, que para ello esperaba su oportunidad, ascendiendo luego a ser primera fuerza de la región, pues buena parte de las colonias y protectorados otomanos son puestos a las órdenes del imperio inglés, que con mucha astucia y anterioridad se apropia de Gibraltar, el noble canal francés de Suez, fortifica la isla de Malta, ejerce gran influencia en Grecia, Jordania, Palestina, territorios arábigos y domina en varias circunstancias a Egipto, por donde desde luego se adentra hacia el corazón de África. Es de hacer constar que buena parte del territorio africano ha caído en manos del Islam, que es hoy la religión que más crece en el mundo, porque con los temores que infunde y los castigos que aplica, prácticamente nadie de ese parecer dogmático puede abstraerse de su sombra. Y como tercer miembro poderoso existe en el Mediterráneo la República Francesa, que siempre ha tenido ingerencia en los asuntos concernientes a sus fronteras, porque una parte valiosa de este mar baña la costa sur de ese país y  dado que hasta no hace muchos años, o sea hasta el tiempo del Presidente general Charles De Gaulle no solo Marruecos pertenecía al entorno colonial francés, sino también Argel y Túnez, habiéndose sostenido serios encuentros guerreros para liberarse en parte de esta influencia, que aún funciona, aunque como se dice, a media máquina.
            Por manera que, llegando al meollo del asunto podemos decir que en la actualidad las cosas, o sea de continuar la vida a la manera antigua, cortando cabezas en pública asistencia, aplicando leyes del talión, sepultando a seres sin redención, extirpando los ojos, lapidando, mutilando, condenas de martirio y latigazos por pequeñeces manejadas entre espíritus de verdadero mal que quieren nadar ante el naufragio en contra de la corriente y ausentes de crear nuevos estados laicos, enteramente democráticos, mientras desde otra visión global contrapuesta se tiene turismo, cable, televisión, internet, blackberry, donde se ven hasta mujeres desnudas y eso que llaman cine porno, y todo lo más moderno, de pronto en ese medio de presiones ha estallado la revuelta social de una manera atrevida, imposible de detener, que no solo incidirá en la vida y costumbres caducas de la sociedad, a todos los niveles, sino que también ha de forzar hasta el límite sobre inquisidores ayatolas y talibanes recalcitrantes que perviven en el tiempo jurásico, creyendo todavía y a machamartillo en los “comics” de la familia Picapiedra. Una cuestión es el Estado, otra la religión sujeta a su entorno y otra es la sociedad en desarrollo. Esta revuelta, pues, popular, necesaria, que cada vez más se extiende con el nombre de “primavera árabe”, comenzó con la inmolación de un humilde vendedor de nimiedades en su Túnez natal, tierra antigua de cartagineses, a quien el gobierno represivo (la policía) no lo dejaba sostener su triste y deleznable entrada de sustento, de pronto se transformó en un reguero de pólvora que hace caer al dictador local  Ben Alí y el adinerado clan familiar por decenios mantenido en su país, rico en tierras y viñedos pero con miserables salarios de verdadera hambre. De inmediato la tensión que este hecho horrible dejó ver a las claras prende de seguidas en El Cairo, de Egipto, país con 80 millones de habitantes, manejado por una casta militar mediante el octogenario Hosni Mubarak, que siendo islámico se entendía bien con los judíos de Israel (lo que le causa la muerte al anterior Presidente asesinado, El Sadat), ocupantes de Palestina, que exilian a buena parte de su población, que tratan a los palestinos como vulgares servicios y a quienes le arrebatan sus mejores tierras, que han dividido a la franja de Gaza de la otra parte Palestina y que se adueñaron por táctica militar del territorio alto de Golán, que es sirio, ante este problema tan agudo a respirar el alzamiento cívico llevado por muchos días en la céntrica plaza Tahir dio su resultado, cuando el duro dictador militar con casi treinta años de gobierno todopoderoso se fugó a un discreto balneario del mar arábigo y de allí fue trasladado a El Cairo, donde se le siguen juicios por muchos delitos graves cometidos, mientras el país vuelve a la normalidad, a pesar de las dificultades que acarrea una larga tiranía.

El segundo caso patético en la larga fila de acontecimientos seguidos en dicha región mediterránea, para llegar a un sistema democrático es nada menos el de Muhamar Gadafi, militar sanguinario que por 42 años luego de destronar al rey Idris se sentía dueño y señor de vidas y haciendas en ese enorme desierto que es Libia, aunque la suerte lo haya dotado de muchos pozos petrolíferos, de buena calidad y que estaban a la mano de Dios, porque permanecen a pocas horas de los grandes consumidores europeos. Pues bien, el caballero de marras creyéndose un señor feudal vivía entre palacios de las mil y una noches, rodeado de mujeres y lujos exorbitantes, asistiendo a los invitados bajo una carpa beduina, que llevaba por el mundo en sus desplazamientos y para más bochorno de tal representante de la canalla plutócrata inventó un tal “libro verde” que de casualidad y porque era pecado no lo comparó con el Corán, lleno de ambigüedades, de sugestiones a lo Perogrullo y de sandeces que en el fondo él no se las creía pero que mantuvo embobados a sus seguidores por interés u oportunismo, mientras al país dividido en tres partes (Benghazi, Cirenaica y Trípoli) lo sostenía siempre en calidad de cosa propia, admitiendo que él era algo así como un legado de Dios, porque no era Presidente y no podían por tanto derrocarlo, de acuerdo con la constitución infernal que elucubrara. Cuando ya nadie le aguantó más, sin importarle un pito y porque estaba acorazado de armas de todo tamaño, con que se creía indestructible, desató la guerra genocida, que ya lo había hecho en otras oportunidades, y derrotado ahora anda huyendo como rata trágica del desierto, hasta que sea preso para mantenerlo por muchos años tras las rejas, salvo que la vindicta popular disponga como en Irak con Sadam Hussein: ser colgado por el pescuezo.

La primavera de la libertad ahora es cuando comienza su labor, porque el pueblo árabe a través de mundo mediático ha entendido de su razón de ser, de donde son muchas las manifestaciones que se suceden en los Emiratos Árabes, en Abu Dhabi, en Yemen, donde un tal entronizado Presidente Alí Saleh, de larga data y con cierto alcahueteo gringo se mantiene tirano en el poder, pero que está maduro y pronto dejará tal responsabilidad, porque le teme a otro atentado mortal y el pueblo lo desprecia. Así las cosas también se prevén cambios políticos en Arabia Saudita porque sus habitantes están hartos de un despotismo familiar (lo que dio origen al nefasto Al Qaeda), dueños de todo, cobijados en que el país es la patria de Mahoma, sede de La Meca y donde aún olvidados de igualdad se considera a la mujer como un simple objeto, para parir como conejas, sin ninguna otra contemplación. Y así a objeto de no hablar más de otros malestares que se respiran en la región, que será en otra oportunidad, llegaremos al fin con el despreciado gobierno sirio de la familia Al Assad, por décadas también en el poder tiránico, cuyo actual Presidente Bashar, alias “el carnicero de Damasco”, por cierto profesional graduado en Inglaterra, se ha dado a la inicua tarea de coleccionar cadáveres, pues a cada  alzamiento popular de los muchos que aparecen en tal país, de inmediato envía milicias, cañones y tanques destructores, para acabar con sangre y fuego cualquier intento de oposición, de donde suman miles de muertos, la mayoría inocentes, que le pesan en su conciencia. No sé de qué forma va a terminar esa matachina, pero me temo que él va a ser el coleccionado entre los cadáveres. Ya hay un Consejo Nacional de Transición que habrá de terminar con este desastre, porque como dicen los sabios conocedores, “hay que poner las barbas en remojo”. Del otro factor importante en la región después tocaré el tema, porque entre rabinos estaremos y entrometidos en una disputa que parece no tener fin, a menos que los Estados Unidos así lo disponga.
            ramonurdaneta30@hotmail.com

sábado, 15 de octubre de 2011

LOS 20 ATENTADOS MORTALES CONTRA SIMÓN BOLÍVAR.

Amigos invisibles. Como quiera que con la figura humana de Simón Bolívar se ha querido desdibujar la realidad acaecida para transformarla en mito, con lo que esperan obtener beneficios populistas los forajidos caudillos que se aprovechan de la debilidad histórica por haberla deformado en propio beneficio, con conocimiento de causa debido a los estudios que tengo sobre este aspecto cumbre bolivariano, vengo hoy a despertar conciencia e interés en este sentido, para denunciar ante el mundo la falsaria manipulación que se hace sobre el tema, con el martilleo constante de ciertos pareceres repetidos hasta el cansancio a fin de confundir en lo acaecido sobre la vida y misterios del superhombre polémico hispano, latino, afro, mestizoamericano y como quiera usted interpretarlo, pero que bien reflejan el testimonio de una época, difícil por cierto, que desemboca con agravantes en la que a plena luz estamos viviendo.
            Resulta pues, de lo que se desprende, que el caraqueño Don Simón no fue un santo de altar desde su propia infancia, dados los arrestos particulares que en ciertos momentos demostró y que por ser lo que fue, desde luego que iba a tener amigos y enemigos también, como forma de contrarrestar su valer y por aquello de la competencia que en toda instancia de su vida le aparece a quienes se destacan. Eso es cosa común en la humanidad, de donde partiremos de la premisa que Bolívar no era inmaculado, que tuvo muchos enemigos en su tránsito vital y aún después de muerto, y que en bastantes ocasiones debió salvar la existencia por cosas fortuitas como el amor, o porque ese día no había llegado ni su hora para morir. Como el tema es extenso y en parte ocupa un libro que he terminado, dentro de una síntesis necesaria me voy a concretar en los sucesos más resaltantes de estos atentados, dejando para otras ocasiones referirme a lo nimio o bastante subjetivo en estos aconteceres que demuestran desde luego lo difícil que resultaba ocupar el sitial a que llegó Don Simón, porque muchas veces parecía estar muerto.
            En el presente escenario no voy sino a referirme de una manera escueta y alejada de términos literarios a tales hechos, en sucesión continua, que ustedes sabrán amalgamar con sus secuelas y que numerados para entrar en acción son los siguientes:
   1) EL CASO DE LA HACIENDA EN YARE, ocurrido en septiembre de 1807, frisando los 24 años de edad, en un pleito de linderos cerca de Caracas, donde el furibundo oponente doctor Antonio Nicolás Briceño sacó pistolas a relucir y dispara tres veces contra el caraqueño, sin que en ninguna oportunidad haya tocado el cuerpo del sortario Don Simón. Sobre este hecho lamentable se abrió el juicio penal respectivo, que se detuvo definitivamente por los acontecimientos libertarios de 1810.
       2)  INTENTOS DE ASESINATO EN PUERTO CABELLO. Tuvieron ocasión en Puerto Cabello (Venezuela) a principios de julio de 1812 ante el desastre de la caída de ese importante puerto militar en manos españolas, de lo que por culpable se increpa a Bolívar (y Juan Conejo trama matarlo), mientras que el capitán de milicias Domingo de Taborda lleno de ira y con dos asistentes a tal acto que sucedió en el Cabildo citadino, lleno de ira desenvaina su espada “para atentar contra Bolívar”, lo que pudo contener en tal decisión muchos de los presentes que impidieron tan bochornoso acto.
3)      COMPLOT PARA ASESINARLO EL FRAILE CAPUCHINO PEDRO CORELLA. Descubierto este intento veraz, en abril de 1813 fue detenido dicho sacerdote navarro, en Las Palmas (Santander de Colombia), y en Tunja permanecerá preso durante 18 meses. Liberado en Bogotá a fines de 1814, sigue arremetiendo contra la vida de Bolívar desde el púlpito, sus sermones, y en todo tiempo y lugar, llamándolo “apóstata” y pidiendo su liquidación, por lo que otra vez detenido “firmó su sentencia de muerte” sin arrepentimiento una vez que se entrevista con el propio Bolívar, siendo pasado por las armas mediante un pelotón que en Honda conduce León Armero, riberas del río Magdalena y mediante órdenes recibidas, el 29 de enero de 1815.
   4) CONSPIRACIONES ENTRE SUS ALLEGADOS. Luego de perdida  la llamada Segunda República (1814), a partir de ese momento histórico se desatan una serie de enemistades solapadas entre sus íntimos oficiales que quieren eliminarlo del mapa del conflicto, alegando desde luego y por diferentes motivos que el causante de tales males acaecidos era el propio Bolívar, de donde aspiraban a toda costa y por su incompetencia, don de mando parcializado y testarudez, entre otras opiniones discutidas en corrillos íntimos, que debía desaparecer para siempre, e incluso que se debía dividir el país en dos repúblicas. Entre los agitadores de estas ideas absurdas y extremas se hallaban capitaneando a los insubordinados los margariteños Antonio Mariño y  Juan Bautista Arismendi, el casi carupanero José Francisco Bermúdez, su pariente Manuel Carlos Piar y el tío político José Félix Ribas, quienes “atentaron en varias oportunidades contra la vida de Bolívar”.
      5) ATENTADOS EN CARÚPANO DE VENEZUELA. Acaecieron uno a principios de septiembre de 1814, cuando Bolívar se escapa de la prisión de ese puerto para abordar un barco salvador, mientras el general Bermúdez y José Félix Ribas indignados lo persiguen con fines aviesos, lo que se evita al poder montar y presuroso sobre tal velero. Luego el general Piar también quiso matarlo en el mismo puerto, y se salvó porque en la tentativa del homicidio no lo encuentra donde lo habían señalado.
6)      INTENTOS DE JAMAICA. Dos intentos previos de asesinato ocurren en Jamaica, reseñados en el periódico “Royal Gazette”, hechos “por algunos de los españoles de la más baja ralea”, según se escribe, por lo que el Libertador resuelve viajar a Haití.
7)      INTENTO GRAVE EN KINGSTON. En la noche del 9 al l0 de diciembre  de 1815 el esclavo Pío, alias Beto, en dicha capital de Jamaica y sobornado con dinero caraqueño de Salvador Moxó, atenta contra su amo, donde creyéndole dormido en la hamaca que utilizaba asesta dos puñaladas mortales al venezolano Félix Amestoy, que allí entonces reposa. Cuatro días después de su confesión, fue ahorcado.
     8)  RETO A CRUZAR ESPADAS EN LOS CAYOS HAITIANOS. Ocurrido en marzo de 1816, por serias desobediencias tenidas con el violento e intrigante oficial Mariano Montilla Padrón, quien lo tilda de “cobarde, fracasado e inexperto”, lo que en último momento es impedido por intervención de terceros. También en dicho lugar y en hora menguada de Bolívar el corsario Luis Aury en secreto trama un intento de asesinato contra el caraqueño, que por buenas se descubre a tiempo.
       9)INTENTOS OCURRIDOS EN GÜIRIA. En el puerto oriental venezolano de Guiria, en agosto de 1816 y azuzado por el general Mariño el general Bermúdez creyéndose desairado en su honor y enfurecido luego de una discusión tremenda atenta contra la flaca humanidad de Bolívar, sable en mano para herirle de muerte, deteniendo su carrera a la fuerza varios amigos mientras Simón aborda sin respiro el barco corsario de José Bianchi, allí surto, “en el último intento de su muerte”.  
10)  ATENTADO EN QUIAMARE. Ocurre el 23 de marzo de 1827, al Sur de Barcelona, en Venezuela, cuando el pardo José Alemán y su guerrilla, azuzado por el general Mariño y en cuenta de su situación, en un descuido trata de atentar contra la vida de Bolívar, con los oficiales que le rodean, situación grave que es descubierta minutos antes por el Ayudante de Bolívar coronel Francisco Vicente Parejo, para así mediante las armas eludir este peligro.
    11)  EL RINCÓN DE LOS TOROS. En dicho sitio del estado Guárico (Venezuela), en la noche del 16 de abril de 1818, nueve realistas dirigidos por Tomás Renovales y equivocando al general Francisco de Paula Santander irrumpen esa madrugada en sitio exacto y disparan contra la hamaca donde dormía Bolívar, perforándola en tres oportunidades. Bolívar se salva entonces semidesnudo y corriendo a campo traviesa, en la oscuridad de la noche.

     12)  LO OCURRIDO EN EL PERUANO Y NORTEÑO PIURA. En junio de 1824 en dicha ciudad Bolívar tuvo conocimiento que desde Lima se había enviado un individuo con la misión de asesinarlo y cuyas señales fisonómicas fueron acompañadas, “bocón, algo ñato y picado de viruelas”, al que se consideró chileno. Buscado hasta en Huaraz, donde se le había visto, desapareció repentinamente. Pero pronto en el mismo Piura se detuvo un sujeto con iguales características, de nombre Juan Avilés, llevándosele a juicio, “sin conocer la suerte final corrida por Avilés”, presumiéndose por acasos de la guerra emprendida.
13)  INTENTO DE ASESINATO EN POTOSÍ. Ocurrido en aquella altura boliviana a principios de octubre de 1825 y salvado por una confidencia de la amante María Joaquina Costas, madre de su hijo Don Pepe, cuando le susurra en el oído que el oficial español teniente León Gandarias maquina asesinarlo con puñal magnicida mientras duerme en el palacio que habita. Detenido en el intento, y luego de súplicas a favor y provenientes de Maria Joaquina, por ser familiar cercano del detenido, dicho oficial fue expulsado del país, para siempre.
14)  EL CASO DE HUAMACHUCO. En el norte del Perú y oriente de Trujillo, donde permanece por un tiempo el caraqueño, al Cuartel General de Bolívar se presentó un Sargento Mayor, oriundo de Chile, de quien se conoce pronto por informes recabados en contrainteligencia que iba para matar a Bolívar, enviado en este caso por un importante Jefe del Ejército. En tal conocimiento Bolívar se hace el desentendido y sigue tratándolo ojo avizor pero “con bondad y dulzura”, para luego usando la diplomacia destinarlo a un puesto de Comandante de armas  bastante alejado y neutralizando así su intención homicida, sin llegar al escándalo, lo que en detalles comunica el caraqueño al payanés general Manuel Antonio López, y este lo deja escrito en su libro “Recuerdos Históricos”, para la posteridad.
    15) CONSPIRACIÓN DE LIMA, EN 1826. Ocurrida el viernes 28 de julio de 1826, cuando Bolívar va al Teatro de Variedades, en el 5º Aniversario de la Jura de Independencia y al momento en que los ánimos andan exaltados por los desmanes del ejército colombiano de ocupación y el mal manejo del Consejo de Gobierno, que maneja Bolívar. Por alguna razón informativa o temperamental el caraqueño en aquella ocasión se retira temprano y de manera brusca de aquel sitio, evitando así ser detenido en el Palco Presidencial, de donde los complotistas lo llevarían  a un barco surto en el puerto de El Callao. Una vez frustrado dicho intento en la “gran conspiración” (Bolívar dixit) muchos oficiales fueron detenidos, en mayoría peruanos, chilenos y argentino, estando como cabecillas el ilustre levita Luna Pizarro, el héroe de Junín argentino Mariano Necochea, el marino Jorge Martín Guise, el guerrillero Quispe Ninavilca, tres generales, ocho coroneles, ministros de estado, y una larga lista de adversarios, siendo muchos ajusticiados, enviados a prisión, expulsados y desterrados, todo lo que cambiará cuando Bolívar abandona el Perú para siempre. En este interregno otros atentados menores ocurrirán, como lo señala el  biógrafo Masur y el profesor Bohórquez Casallas, luego de su regreso a Lima en 1826, y en el trayecto del palacio La Magdalena en las afueras de Lima, a su residencia oficial en la ciudad capital.
16)  INTENTO EN FONTIBÓN. En su vuelta de las Campañas del Sur y en esta ciudad situada en los aledaños de Bogotá, el 14 de noviembre de 1826, pudo haber ocurrido su muerte así dispuesta cuando un  grupo de notables lo reciben con pistolas cargadas,  para proceder en contra si el Libertador se pronunciaba allí con propósitos centralistas autoritarios, lo que por fortuna no ocurrió, salvando así la vida.
17)   INFORME DESDE PUERTO CABELLO. Es lo que hace Bolívar en carta dirigida desde allí al general José Antonio Páez, para poner en su conocimiento que “había tramas secretas contra su vida”. Sobre estas tramas para asesinarlo el general Santander el 30 de octubre de 1828 y mediante confesión escrita expresa que no estuvo de acuerdo con su muerte “el día 6 de enero de dicho año” (1827).
18)  POR LA CONVENCIÓN DE OCAÑA. Como consecuencia de esta Convención se piensa nuevamente en el asesinato del Libertador, por obra de un grupo de santanderistas y alumnos bartolinos, a llevar a cabo en Bucaramanga, donde permanece Don Simón. Mediante confidencias recogidas, O’ Leary y Briceño Méndez comunican de ello a Bolívar, quien toma medidas oportunas, pues se enviaría desde Ocaña a un oficial hasta Bucaramanga, para cometer el magnicidio, si la constitución debatida fuese aprobada según el proyecto centralista bolivariano, todo lo cual comentó Bolívar con su biógrafo Peru de Lacroix.
   19)  EL ATENTADO SEPTEMBRINO Y ALGUNOS MENORES. Además de otros intentos de acabar con la vida de Bolívar, como “cuando S.E, venía de Cartagena”, según lo confiesa el propio Santander, a causa de la nueva dictadura bolivariana suceden varios episodios a muerte y en forma de cascada, porque el caraqueño –muchos aseveran- es el centro de los males de Colombia. Así, el primero sucede el 7 de agosto de 1828, aniversario de la batalla de Boyacá, a la salida del entonces Teatro Coliseo, que sí es llevado a cabo con arma blanca pero en estado de frustración debido a la rápida actividad de doña Manuela Sáenz, quien con la mascarada tragicómica que realiza en el lugar impide tan vil asesinato. El segundo, para efectuar hacia la medianoche del 10 de agosto, en un formal baile de máscaras, por alguien disfrazado de conquistador español, con puñal aleve y l2 comprometidos en la intentona. El tercero, para ultimarlo casa del representante diplomático mejicano, el 15 de septiembre, lo que queda apenas en proyecto. El cuarto, según escribe el colombiano Gutiérrez, con ocasión de una fiesta a ocurrir en Bosa, cerca de Bogotá, hecho criminal que estuvo casi a punto de darse. El quinto, a suceder cerca de Soacha el 20 de septiembre, en las afueras de la capital, mediante cinco conjurados listos para emprender la marcha en el atentado, lo que se detiene in extremis por orden de Santander, esperando una mejor oportunidad. El sexto, a efectuarse en el Teatro del Colegio San Bartolomé bogotano por los llamados “bartolinos”, furibundos enemigos, que queda en simple ensayo. Y el séptimo, el  más grave y consumado, que tuvo en vilo la vida de Bolívar, acaecido en la noche del 25 de septiembre de 1828 con 38 partícipes directos y 59 implicados, con 14 condenados a muerte, enorme complot que liderara el general Santander, principal enemigo de Bolívar en Colombia, y de lo que se salva Don Simón gracias a la valentía de Manuela Sáenz. En otra oportunidad ampliaré este tema para un conocimiento bastante aproximado de esos hechos.
20)  EL FINAL DE SANTA MARTA. Hemos llegado al borde, con el final de Bolívar. Causa horror esta cadena de atentados, de lo que puede usted sacar alguna conclusión. Solo, atormentándose por los recuerdos, rodeado en su mayoría de enemigos, tanto en Colombia como en Venezuela, donde incluso quieren hacerlo preso, fallece en el desierto de su alma llamando a la concordia, al final de los partidos y a la unión, como si aquello pudiera suceder, en ese “nido de alacranes” (frase del general venezolano Müller Rojas) que se había vuelto Colombia. Y ante otra mayor desgracia ahora los venezolanos no dejándole descansar lo sacaron de su tumba para armar una rumba mediática con tal hecho, mientras resaltan a cada nada cosas que nunca dijo, o que las dijo al revés, para acomodo de las circunstancias políticas, porque sin el reposo debido a 180 años de su muerte Bolívar sigue sufriendo la tremenda desgracia de sus enemigos solapados y de los ignorantes acomodaticios que lo entornan por un vil interés. 
                                                                      ramonurdaneta30@hotmail.com

sábado, 8 de octubre de 2011

DEL ATRATO A TAPACHULA: UN TREMEDAL INCÓGNITO.

Amigos invisibles. Los varios miles de kilómetros que recorren el espinazo geográfico americano, adentrados desde ese mar de agua dulce que circula lodoso regando ciénegas y difíciles terrenos por el río Atrato colombiano, hasta los entresijos finales de Centroamérica con la aparición súbita de la fronteriza Tapachula mexicana, donde comienzan los asesinatos por encargo, son como dije un verdadero tremedal, en que acaso juegan paisajes disformes y etnias incomprendidas, en un mundo ajeno pleno de variedades en cuyo interior se manejan episodios difíciles de comprender en ese gran istmo consolidado. Y por su actualidad vamos en el intento de describir someramente lo que allí acontece, porque como un clavo saca a otro clavo,  de la pintura que comenzamos a emprender podremos darnos cuenta de la situación diversa y particular por la que atraviesan eso países pequeños, llenos de originalidad y sorpresas.
            En el análisis tridimensional empezaremos con un lugar muy sensible, al que se llama el Nudo del Darién, antiguo nido de piratas que recoge aguas fluviales provenientes de montañas y marismas de la costa pacífica colombiana y para en un verdadero jeroglífico geográfico interminable verterlas en otro lugar ahora bananero, lleno de incertidumbres y de guerrillas de diferentes ideologías, de izquierda o paramilitares, llamado golfo de Urabá, territorios tan difíciles de penetrar que durante más de medio siglo han imposibilitado la construcción de la conocida  Carretera Panamericana, en este solo amplio escenario, por los costos que ocasionaría un fangoso terreno, cercenando así la posibilidad de viajar pisando tierra desde la chilena Punta Arenas  hasta el extremo ártico de Alaska. Este enclave colombiano de antemano  había sido escogido para construir el futuro canal que comunicaría el océano Pacífico con el Atlántico, idea motriz que fue rebasada por el proyecto original del francés De Lesseps sobre el paso de Panamá y que ahora se vuelve a poner en discusión para unir ambos océanos de Colombia con un sistema ferroviario competitivo, y hasta se prevé la puesta en marcha de un oleoducto unido al gasoducto, que pueda cumplir ambos fines de interconexión  y en vías contrapuestas, para el desarrollo del comercio mundial.
            Una vez llegados a Panamá nos damos cuenta de la presencia en otro país, por cierto muy diversificado por constituir hoy un centro importante de negocios, algo así como Hong Kong o Shangai pero en otra escala, donde bajo  el gobierno de  Ricardo Martinelli tiene lugar el desarrollo democrático de esa república que veinte años atrás era nada por la barbarie militar en mando desde el trágico Omar Torrijos y que luego de las revueltas posteriores que pusieron en peligro la estabilidad y el manejo del famoso canal, hecho anterior que hizo nacer a otra república americana desprendida de Colombia, tanto desorden y arbitrariedad dieron, pues, pie a la invasión americana contra el gobierno del confundido lenguaraz Manuel Noriega, quien hecho preso de manera insólita fue a purgar culpas por narcotraficante como un presidiario más, aunque con rango de general en campaña para mayor mofa y por veinte años cumplidos, en una dura cárcel de los Estados Unidos. Dejando atrás a los indios kunas y al desarrollo portentoso con ese gran otro centro que se forma en Colón, núcleo de actividades asiáticas,  recorriendo hacia el Norte crucemos la frontera arriba de Chiriquí para adentrarnos en un país pequeño pero lleno de virtudes, que decidió abandonar el militarismo chocante porque cayó en cuenta que la guerra de las balas es innecesaria, y así creó otro frente bélico contra la ignorancia, de donde hoy en día el estándar de vida aumenta considerablemente y se perfila como una nación de avance en nanotecnología y lo relacionado con el mundo de la computación y la informática. Costa Rica, como su nombre lo ofrece es rica en sorpresas, desde escuelas agrícolas y universidades tecnológicas, hasta paisajes y atrayentes variedades turísticas, con una población homogénea y mestiza mas ya alejada del componente indígena mal alimentado y por resultas débil, que la acerca al blanco hispano llamado criollo, aunque tenga etnias de origen africano por Puerto Limón, y siempre recuerdan a Pepe Figueres, creador de la democracia en que se vive con un Presidente hasta  no ha mucho que es Nobel de la Paz, Oscar Arias, aunque a pesar de no tener un ejército por mandato constitucional, sostenga altercados diplomáticos con sus vecinos norteños, o sea los de Nicaragua, buscapleitos profesionales de origen sandinista y procastristas, que han dado por crearle al país problemas orquestados ideológicamente desde La Habana y Caracas, en cuanto al fronterizo e importante río San Juan.
            Adentrados ya en tierra de los bravos indios nicaraos, con pueblos coloniales cercanos a volcanes peligrosos y de mala facha, constatamos el cambio realizado, al encontrar ahora un pueblo pobre, ideologizado por el constante asedio de los medios comunistoides que bajo el empuje corruptor y con dinero desde la época de lo soviets conviven y malviven hasta con las ruinas sísmicas de un terremoto que arrasó a la capital Managua no ha mucho tiempo. De la familia de los potentados jerarcas serviles Somoza, que hacían y deshacían en el país a su mandar y bajo la protección de Washington, que entonces sin rubor jugaba a la internacional de las espadas en la América Latina, por obra del grupo izquierdista del sandinismo mentiroso que ha empobrecido más a su pueblo y que vive de dádivas menoscabadas con tarifa como las que le otorga Venezuela, el repudiado clan Ortega-Morillo fue despojándose de la competencia obstrusiva como el caso de Ramírez, Cardenal, Edén Pastora, Tomás Borges y otros connotados jerarcas para gobernar en la dupla a su modo, con el rasputín de Ortega, violador y dipsómano al decir de la mayoría que compra firmas para su reelección acaso indefinida, como jefe de la manada de alacranes, que llega incluso a pactar gobierno con el obeso y derechista Arnoldo Alemán, condenado y preso durante varios años por ladrón del erario público, en un escándalo  que ha sobrepasado a los límites internacionales.
            Nicaragua vive en la ruina, eso sí con misiles Sam que no sabe qué hacer con ellos (posiblemente los heredará Venezuela), y para echarle más leña al fuego, que no de sus peligrosos volcanes como el Momotombo, se mantiene en una eterna disputa frente a sus vecinos, no solo con la pacífica Costa Rica, insistiendo en las riberas del río San Juan (por cierto que por ese río hubo la opción americana de construir el canal interoceánico), cosa ya resuelta internacionalmente, sino con Colombia, porque ahora pretende también derechos sobre las islas de San Andrés y Providencia y su suelo marino, lo que da origen a más rencillas, y no contento aún con ello y recibiendo instrucciones de sus camaradas “panas” caraqueños y habaneros la tiene agarrada en pleitos con la vecina república de Honduras, que es tanto como una tirria morbosa porque dicho país protegió a la democrática llamada “contra” revolucionaria que luchaba contra los enquistados sandinistas, sino también porque con pantalones bien puestos los militares catrachos corajudos se anticiparon extirpando el cáncer político que se sembraba en Honduras bajo el amparo del eje político La Habana-Caracas, con la intención aviesa de perpetuarse en el poder, maniobra reaccionaria por demás que tenía el suficiente apoyo de las instituciones paralelas desestabilizadoras que con estos fines personalistas, populistas y dictatoriales tratan de moverse al unísono en América Latina, con el apoyo de seudocaudillos tarifados. Aquí debemos recordar que Nicaragua tuvo en época anterior un Presidente norteamericano llamado William Walker, que con unos cuantos piratas se cogió el poder a la fuerza, y quien cayó ajusticiado bajo las balas del fusilamiento años después.
            Saliendo ya de este enjambre de situaciones anómalas que seguirá sucediéndose mientras Ortega y su combo gitano permanezca apuntalado en el mando, para tener algún respiro ante tanta zozobra de la región vamos a penetrar en la república de El Salvador, la más pequeña de cuantas la rodean y densamente poblada, que hasta no hace mucho fue ejemplo de terrorismo y de barbaridad sin cese, porque en medio de una guerra civil que no cesaba pero con la hoz y el martillo que ondeara desde la secta ideológica del Farabundo Martí, contra su rival permanente que era la fuerza derechista de la ARENA, por fin las partes contendientes se dieron cuenta que no había razón para exterminarse entre ellos, de una manera desalmada, que ocasiona el exilio a los Estados Unidos de buena parte de su población, cuando apareció la figura política y salvadora de Mauricio Funes, dirigente en equilibrio con mentalidad social demócrata que ha tomado las riendas del país y a quien se le acata en los bandos, lo que ha traído la paz en el entorno y desde luego el renacimiento de  la laboriosidad y de la industria tanto en las ciudades como en el campo por demás empobrecido. Sin embargo todavía existe mucho por reconstruir, porque el manejo  mafioso de la droga y de los carteles dominados por transnacionales del crimen como los salvatruchas y los zetas, aposentados en México y los Estados Unidos, se mantiene en ese juego que produce tantas muertes y dinero lavado, mientras por otras fuentes se recuerda con dolor los asesinatos del arzobispo Arnulfo Romero, cuando oficiaba en la catedral la Santa Misa, la muerte despìadada de las monjas americanas y también el horripilante asesinato de los seis curas jesuitas, como reflejo histórico de un pasado tenebroso que ojalá no vuelva a suceder.
            Dando vuelta a una página de la historia centroamericana vamos de seguidas por Santa Ana a introducirnos en la república de Honduras, que en los últimos tiempos ha sentido los embates maquiavélicos de la política sucia en aquel país cuna del patriota federalista Francisco Morazán, que se ufana de tener dos capitales, o sea la industriosa que es San Pedro Sula y la oficial, que viene a ser Tegucigalpa. El país mestizo, que ha sufrido embates terribles de la naturaleza en los últimos tiempos, sin embargo se mantenía en pie con un desarrollo integral, hasta que apareció el diablo Mandinga con el fenómeno regional de la droga, lo que dio base a que aterrizaran por el norte poco habitado diversos aviones cargados de esta mortal mercancía, muchos provenientes del llano venezolano y de más al Sur en pistas escondidas hacia el río Orinoco, que para no dejar huellas acusadoras eran de seguidas incendiados. Este tráfico, que producía enormes ganancias ilícitas y dañaba a la humanidad, desde luego que no estuvo lejos de mentes perversas políticas que cayeron en las trampas de aquel juego perverso, sobretodo en tiempos recientes cuando el presidente Manuel Zelaya se hallaba en el poder, quien complaciente y con cartas bajo la manga que desconocemos, a pesar de ser un hombre empresario de centro derecha, con un partido así que lo apoyara, luego de dos o tres viajes comprometedores a Caracas de pronto comenzó con carantoñas izquierdistas en su país, y lo más extraño de todo fue que, en contra de lo expuesto en la constitución nacional hondureña, pidió realizar un referéndum para suspender la disposición expresa que le impedía seguir en el poder, y desde luego, con la táctica aprendida en Caracas continuar en el Palacio Presidencial per secula seculorum, según se dice, como ya va en ese camino el Ortega de Nicaragua, el Morales de Bolivia, lo ha intentado sin éxito el obispo herético Lugo de Paraguay, y desde luego que el dinámico Presidente de Venezuela, quien lleva trece años al mando de todos los poderes concentrados y aspira también eternizarse hasta que el cuerpo aguante, como lo ha dicho en numerosas ocasiones. De aquí que ante un peligro tan evidente las fuerzas armadas hondureñas y el presidente del Congreso Roberto Micheletti, que para ello se puso en son de ataque, sin pestañar un momento ante peligro tan inminente sacaron en pijama por ser de madrugada al títere Zelaya y de seguidas se lo enviaron a su cuate Ortega, el de Nicaragua, para llorar en el escándalo internacional del alboroto montado por las plañideras de oficio, que elaboraran una serie de tesis y de antítesis, de idas y de venidas con un zafarrancho manejado tras bambalinas mientras el presidente Lobo ya ejercía el poder y que ante la debilidad y la labia consabidas, para aplacar ánimos con que se juega entre débiles órganos internacionales, se le permitió finalmente al regreso a Zelaya bajo ciertas condiciones que ha violado, y ya tiene de nuevo en consternación permanente a su país, según instrucciones precisas, por lo que no se augura una paz permanente en aquel enclave centroamericano.
            Aterrizamos esta vez en Guatemala, antigua e importante Capitanía General,  que como dicen por allí parece que ahora vive en Guatepeor, porque luego de ser una república banana no sale de un problema para penetrar en otro ese pueblo de una honda estructura cultural, heredada desde sus ancestros mayas indígenas que tenían como centro principales a Yucatán, a Tikal y a Copán que hasta no hace mucha andaba en una continua guerra donde perdieron la vida muchos miles de personas y entre ellos de las numerosas etnias del lugar. Sin embargo Guatemala tiene una característica especial que sobresale, porque por encima del consabido caudillaje militar que la había gobernado, por mediados del siglo pasado y con la inspiración de ideólogos como el mexicano Lombardo Toledano y el peruano Haya de la Torre, logró triunfar para ejercer la Presidencia de la República un militar de izquierdas, Jacobo Arbenz Guzmán, quien le dio la vuelta a la tortilla y supo mantener sus ideas, como la reforma agraria, incluso con el conocido Cancilller Guillermo Toriello, quien asistente a la Décima Conferencia Panamericana celebrada en Caracas se enfrentó con ideas contrarias al propio delegado americano Foster Dulles, en la defensa de los derechos humanos y sociales. Desde luego que poco duraría Arbenz en el poder, porque pronto fue derribado por el coronel Carlos Castillo Armas, proamericano del todo, a quien meses después le asesina un soldado de su guardia personal. País de un extenso altiplano sobre los mil metros, por su variedad de paisajes, y el turismo como el del lago de Atitlan y la ciudad e Antigua, es bien visitada por  extranjeros en busca de solaz, a pesar de la presencia igualmente mafiosa con los oriundos norteños zetas y salvatruchas, que no cesan de arreglar cuentas personales en un temor que por ello mantiene la población. Pero lo más simpático que ha ocurrido en los últimos tiempos es el planteamiento de divorcio que hizo la Primera Dama a su esposo el Presidente Álvaro Colón, con el fin de mantener la dinastía, burlando así la prohibición constitucional que impedía esta especie de enroque para mantenerse en el poder y los negocios subterráneos, como otra forma grosera de violentar la ley, como otra patraña más que utilizan los dictadores y su entorno en la corrupta política que ejercen en América Latina, con la salvedad milagrosa que esta vez no les favoreció el truco plebeyo, puyes la Suprema Corte del país sentenció en contra de tal afrenta y el país pudo salvarse de esa arremetida por partida doble, que de ser posible merecería prisión.
            Bueno, por el camino de algunos 200 y más kilómetros que une a la capital con Tapachula, atravesando los inolvidables terrenos de Quetzaltenango (pájaro emblemático) y Chichicastenango nos acercaremos a tierra extranjera ya en la actual frontera con México, o sea en territorio de Chiapas que era guatemalteco y ahora es mexicano, para entrar a ese país norteño con todos los sinsabores de la “mascada” y de las vivezas que no convencen por ser conocidas, penetrando así por el Soconusco, que es el Chiapas costeño, y para seguir montaña arriba hacia San Cristóbal de las Casas, en honor al dominico Bartolomé, ciudad muy atrayente y llena de mansiones, que abandoné sin conocer lo que se estaba cocinando precisamente cinco días antes de estallar el reivindicativo Movimiento Zapatista de Liberación Nacional, que tuvo mucha alharaca entonces y que en forma mediática el gobierno del PRI supo controlar para quedar en nada, como en la novela del Gatopardo, del siciliano Lampedusa, cruel ejemplo de lo que otra vez puede pasar, porque tanto se quiso hacer que, en fin, no se hizo nada.