Amigos invisibles. Dentro de los muchos “lapsus” que sostienen investigadores
de talla en cuanto al tratamiento de los personajes que de allende o aquende el Mar Océano con su
presencia y actividades han ido enriqueciendo la verdadera historia de este
continente colombino, el principal que se puede advertir es referido a la
ausencia del elemento español, demostrada por un casi total olvido, ya que en
la realidad sus actuaciones por circunstancias ajenas a este trabajo se han
visto minimizadas sin corresponderles la verdadera estatura a sus hazañas o
defectos. Y conste que del lado peninsular hacia estas tierras indígenas otro
tanto de esas ligerezas humanas han ocurrido, siendo hora, si se quiere, de
remendar el capote fuertemente deshilachado porque tales disparates no caben en
el alma de la sensatez.
General Miguel De la Torre y Pando. |
Quiero con ello referirme a personajes como el que ahora voy a retratar,
a sea Miguel de la Torre y Pando, quien durante siete años de enfrentamientos comandó
las fuerzas monárquicas españolas defensoras de los derechos de Fernando VII en
estas tierras que formaron parte del
virreinato de Nueva Granada o de Santa Fe y antes de Santo Domingo, en épocas
de tensión militar estimable y cuyo valor indiscutido no se puede ocultar por
el simple hecho de dirigir fuerzas opuestas a los intereses nacionales de
entonces pero que dejaran su marca en el vaivén guerrero, con triunfos y
fracasos entre ambas partes, como suele ocurrir y porque las generaciones
presentes de nuestra patria deben reconocer con justicia esa magna lucha establecida con
principios definidos en campos de batalla, donde los dirigentes representando
la bandera que fuere dejaron sentada la impronta de sus hechos escritos en la
Historia y que sin reproches y otras excusas se restrinja su valor y valer
donde por partida propia tienen
asignados los respectivos puestos de participación y riesgo, como en el caso debe ser.
Sitio de Cartagena de Indias. |
Don Miguel de la Torre y Pando, así lo llamo por el título que le
discerniera la Casa Real española, nace en el vizcaíno Bernales (1786), tierras de labranzas y pensar marino situadas
en los entresijos del país vasco, cerca de Cantabria, con hombres y mujeres que
otean el horizonte, como lo hiciera la familia Bolívar en su tiempo migrador.
En ese medio del diario discurrir y apagándose ya el siglo XVIII aparece
nuestro personaje histórico mientras despierta a la vida pensante sobre los
sobresaltos próximos de una revolución francesa y la interior hispana que no
deja tranquilo aquel país aún imperial. Y como este Miguel desde joven para
ganar el mundo le llama la atención guerrera como interés normal, pronto ingresa
en las filas castrenses españolas y ya en el despertar del siglo XIX, en 1800,
busca plaza de soldado profesional donde comienza a forjarse la carrera de las
armas, y por ello en 1804 se le destina a servir en la Guardia de Corps
española, cuerpo de origen francés por distinción en que sus miembros estaban a la sombra y custodia del Rey (futura
Guardia Real), haciendo allí vida militar en calidad de oficial, siempre al
servicio del monarca de turno.
Con ocasión de la Guerra de Independencia española (1808-1814) el vizcaíno
De la Torre ya de Teniente y con 22 años encima es transferido a cuerpos de
ejército que se enfrentarán con vigor a las pretensiones napoleónicas en cuanto
a detentar el poder real de la Casa española, lo que significa cruentos enfrentamientos
militares en donde el vizcaíno es herido y preso en Badajoz (Extremadura, 1809),
mientras va demostrando sus cualidades y pericia en el llamado Campo de Marte.
Luego de liberarse por combatir en Medellín, de nuevo es herido en Ocaña, y así
en estos años de combate contra el intruso extranjero en varias ocasiones lucha
y remata finalmente esta actividad guerrera en suelo francés frente a Toulouse
o Tolosa, en 1814, derrotando a los intrusos napoleónicos en sus aspiraciones
maléficas del trono español, mientras asciende en su carrera con una hoja
militar sobresaliente que en parte desconocemos y pudiendo estar extraviada por
los avatares de tal contienda sangrienta, de lo que apenas sabemos que para el
fin de esta dura y conflictiva gran
batalla generalizada nuestro biografiado para 1814 como oficial superior ya
ostenta el grado de Coronel.
Es lógico suponer que el fin de la
cruenta guerra contra el enemigo napoleónico trae como consecuencia un cambio
en la estructura militar que ya se rehace, y dentro de esos meses de la nueva organización
permanecen a la espera de otras órdenes muchos de esos oficiales que lucharon
por el bien de su patria y la Corona. Pues bien, ya para el año y mes inicial de
1815 en su condición militar ante los aconteceres que por la guerra habida dan motivo
a los alzamientos independentistas acaecidos en América, donde destacan los
horrendos de Tierra Firme (la guerra a muerte), el gobierno español dispone el
envío de un ejército expedicionario, sea dicho una flota militar fuertemente
armada y de 15.000 hombres para dar frente a los hechos en pleno desarrollo y
en búsqueda de una pronta solución al conflicto que busca extenderse a otras regiones imperiales. En este menester
del cumplimiento de órdenes el coronel De La Torre por decisión superior es
destinado para que forme parte de esa magna expedición pacificadora, y así es como Segundo al mando y Jefe del Regimiento Vitoria, compuesto éste de
55 oficiales y 1.148 hombres de tropa, forma parte de tan importante expedición
pacificadora que bajo la dirección del laureado general Pablo Morillo zarpa de
Cádiz en febrero de 1815 rumbo al oriente de Venezuela y el 13 de abril llega a
Puerto Santo (Carúpano) o sea en los inicios de 1815. Pronto, por los destinos
militares requeridos acompaña al general Morillo a realizar el sitio y toma de
Cartagena de Indias, de prolongada duración y en el que fenecen multitud de
patriotas americanos. De seguidas al interior de Nueva Granada va como Jefe de
Vanguardia, ocupando así a Bogotá el 6
de diciembre de 1815. Ascendido en la escala militar, pasados unos meses en
este afán pacificador Morillo destina al vizcaíno para que efectúe la difícil
campaña de los llanos en Colombia y
Venezuela, prestando así auxilio a la Provincia de Guayana, por lo que al mando
de sus tropas, la División de Vanguardia (1.000 soldados y 800 jinetes), atraviesa estos terrenos colmados de peligros
para luego de recorrer el Casanare y el Apure enfrentarse al terrible lancero
venezolano que es el general José Antonio Páez y sus seguidores (4.000 entre
infantería y caballería), lo que ocurrirá en la conocida batalla de Mucuritas
(1-1817), en la que triunfa La Torre con la hueste monárquica. Y así continúa el general vizcaíno rumbo a
Guayana, en auxilio del sevillano Sebastián de la Calzada y defensa de esta provincia estratégica..
General José Antonio Páez. |
Como Brigadier de Ejército (1816),
La Torre luego protege la plaza de Angostura contra las fuerzas de Manuel Piar
y Simón Bolívar, mientras es batido en San Félix (4-817) por el valiente
general Piar, combate a Luis Brión y sale al mar rumbo a la isla de Granada. Luego
derrota al guariqueño Pedro Zaraza en el combate de La Hogaza (12-817, cerca de
Valle La Pascua), donde el valiente vasco es herido de gravedad. Pronto sucede
el famoso combate de Semen (La Puerta, Guárico,
3-818), en que asume el mando interino del ejército español por la fuerte herida que en combate sufre el
General Morillo. Retirado a Villa de Cura La Torre interviene mediante orden
superior en el atentado a la vida que sufre el general Bolívar en el sitio de
El Rincón de los Toros (4-818). Es por este tiempo cuando en su vida privada el
general La Torre enamorado casa en Caracas
el 24 de julio de 1818 con la distinguida dama María de la Concepción de
Vegas y Toro, quien era prima de la ya difunta esposa de Simón Bolívar, llamada
María Teresa del Toro y Alaiza. Prosigue en la lucha guerrera, hace la campaña
de Apure (1819), y en noviembre de este año derrota a Carlos Soublette en el
sitio Las Cruces, cerca de Capacho, con resultado indeciso. Ascendido La Torre
a Jefe de Estado Mayor, y para las negociaciones que se llevan a cabo en
Trujillo con el fin de firmar los
Tratados de Armisticio y Regularización de la Guerra (11-820) junto a 50 oficiales monárquicos y un
escuadrón de húsares que ordena retirar Morillo, La Torre acompaña al Marqués
de La Puerta y Conde de Cartagena para la entrevista que ambos altos jefes
militares (Morillo y Bolívar, éste con apenas diez oficiales de acompañamiento
y sin escolta), sostienen en Santa Ana (Trujillo), antes de regresar al general
Morillo a suelo español.
Batalla de Carabobo. |
Y porque el monarca Fernando VII finalmente acepta el retiro de América a
favor del general Morillo, que regresa a España en diciembre de 1820, éste deja
el cargo de Jefe Político Superior y Capitán General de Venezuela en la persona
del general Miguel de la Torre y Pando (3-12-820). Pero ya la situación estaba
por demás cambiada en América hispana, siendo esta vez irreversible en el campo
militar y político, de donde el cambio estratégico gira a favor de los
republicanos en buena parte de Venezuela, mientras los realistas se parapetan y
repliegan en lugares que aún les son fieles. La estrategia de Bolívar es ahora
contender contra el ejército monárquico a campo abierto, por lo que a través de
maniobras militares como la dispersión atrae al grueso de esos hombres del Rey para
presentar una batalla campal que se efectuará en la sabana de Carabobo con
muchos soldados extranjeros a favor de Bolívar y tropas veteranas como de
batallones avituallados a favor de la tendencia monárquica aún defensora de los
derechos de Fernando VII. El 24 de julio de 1821 se enfrentaron ambos
contendores y la lucha terminó siendo a favor de la causa independentista,
donde brillaron distinguidos oficiales muchos de ellos muertos en acción. Por
la parte española el mariscal de campo La Torre con la tropa diezmada y ante la superioridad del enemigo ordena
retirarse en formación de batallones hacia el cuartel general tenido por La
Torre en Puerto Cabello, cuyo despeje marcial y bien llevado cubrió entonces de
gloria al ejército hispano en la derrota. Puerto Cabello resiste el sitio mantenido
por los patriotas hasta 1823 y en espera de refuerzos, como base de operaciones
para la pretendida reconquista española
en el occidente de Venezuela. Entretanto persiste el bloqueo naval a Maracaibo ejercido por el colombiano almirante
Padilla, de donde sin mayor esperanza para continuar en lo imposible el canario Francisco Tomás Morales se ve forzado a
capitular en Maracaibo el 3 de agosto de 1823, y el 15 sale del país con 7 barcos
que lo acompañan rumbo a Cuba. Para finalizar la Historia el 8 de noviembre de
1823 Sebastián de la Calzada sale de Venezuela con los últimos soldados
españoles restantes en suelo venezolano, rumbo a España. Así terminó
definitivamente esta guerra frontal en Venezuela, con una duración de trece
años.
Reina Isabel II. |
Como parte biográfica del general La Torre diremos que luego de Carabobo
este militar vizcaíno se atrinchera en la fortaleza de Puerto Cabello y en
espera de órdenes peninsulares sale para la realista Coro (12-12-21),
derrotando en La Vela al coronel Juan Gómez. De regreso a Puerto Cabello a
mediados de 1822 ordena al general Francisco Tomás Morales expedicionar sobre
el lago de Maracaibo, en espera de refuerzos, cuando el canario Morales es
nombrado por el Rey Capitán General de Venezuela, asumiendo así tal mando el 4
de agosto de 1822, mientras a su vez el general La Torre también es nombrado Gobernador y
Capitán General de Puerto Rico, cargo que asume el 8 de septiembre de 1822.
Durante su gobierno insular y por méritos en 1824 es ascendido a Teniente General,
mientas cumple una labor progresista, creado la Audiencia Territorial de Puerto
Rico y ayuda a la cultura nativa, e igualmente socorre a los leales
monarquistas de Tierra Firme (Venezuela), como Arizábalo y Cisneros, a través
del recordado Intendente José Domingo Díaz, caraqueño establecido en Puerto
Rico. La Torre estuvo quince años al mando insular de Puerto Rico, mientras se
apacigua la región, gobierno que se prorroga por siete años más mediante el
pedimento popular. Nombrado Prócer del Reino (1834), en 1837 el laureado La
Torre regresa con su familia a Madrid (esposa caraqueña y siete hijos puertorriqueños).
En 1841 la reina Isabel II lo nombra Capitán General de Castilla La Nueva,
centro político español, donde tendrá una actuación especial en defensa de
dicha Reina. El mariscal La Torre falleció en Madrid el 27 de mayo de 1843.
Pero antes de este triste suceso fue condecorado con altas cruces oficiales (4
de fama) como la Laureada de San Fernando, la americana de Isabel La Católica,
la honorífica de Carlos III, la Real y Militar de San Hermenegildo, además de
ser ennoblecido por la Corona con el título condal de Torrepando, en 1836.