Amigos invisibles: Si a ver vamos eso de definir un país no viene a ser nada fácil, porque es tanto de lo que se puede hablar, o contar, que hasta se nos enreda el papagayo. Sin embargo dentro de una concepción simplista y para gente foránea e interesada en conocer el país tan extraño y sorprendente, debemos decir que está situado estratégicamente en un sitio donde el turismo puede ser providencial y a convertirse en una de las primeras fuentes de ingresos, donde el petróleo y sus derivados en la química y la plástica, por ejemplo, nos hacen potencialmente grandes. Pero lo que muchos desconocen es que el país se ha ido irradiando hacia el extranjero de una manera que no se puede detener.
Sea dicho, Venezuela abarca hoy un serie de aspectos tan importantes que con aquello de que no hay nada bueno que no albergue algo malo, y viceversa, en vuelta de poco tiempo y “sin querer queriendo”, como afirma un personaje mexicano, poniéndose las botas de la mayoría de edad ha hecho su entrada al mundo de los negocios y la interconexión por la puerta grande, y de ser un territorio casi desconocido en Mongolia, o en Chad, las Maldivas o Bali, por el hecho indetenible de la propaganda de primera plana y los medios diversificados que explotan el tema, hoy es tomada en cuenta, en cualquier parte del orbe. Dicho detalle de por sí guarda una enorme importancia.
Ahora bien, pasemos a otro aspecto poco conocido, para señalar que este país ya no es solo el que está al sur del mar Caribe, sino el que sostiene a numerosos grupos de emigrantes y por diversas causas, en colonias de paisanos integrados en extensas áreas del trabajo y la cultura ya sea en Florida, Nueva York, Canadá. California, España, Portugal, Italia, Perú, Ecuador, Santo Domingo y la numerosa representación que hace vida útil en Colombia.
Dentro del desarrollo interno con el enorme complejo siderúrgico ferroso de Guayana se produce o producía no solo electricidad para cubrir el gran consumo del país, vendiéndole incluso a Colombia y a Brasil, sino aluminio, cabilla, acero, perfiles, suficientes plantas de cemento, etc., siendo Valencia una ciudad industrial diversificada por excelencia. Las instalaciones de hidrocarburos permiten o permitían producir gas y hasta tres millones de barriles de petróleo diarios, con tecnología de punta como fue la orimulsión, invento venezolano, o la extracción bajo el agua que se hizo por primera vez en el mundo, con éxito comercial en el extenso lago de Maracaibo, y con inmensas refinerías como Judibana y Cardón, el complejo de Jose y varias más por el estilo, las diversas plantas petroquímicas, o por ejemplo la cadena de hidrocarburos Citgo en los Estados Unidos y otras refinerías propias en el extranjero y grandes proyectos gasíferos como el Cristóbal Colón. En materia de comunicaciones Venezuela está cruzada de autopistas, aunque adolecen en su mantenimiento, puertos y aeropuertos diversos, empresas de diversa factura aunque algunas de ellas por la política de nacionalización andan en manos del Estado, y hubo además un dictador eficaz, pero dictador y militar que en aquel tiempo no cuidaba los derechos humanos, como ahora obligan las leyes internacionales, que cumplió en su década de gobierno opresor dándose el lujo de abrir las puertas a la inmigración europea de españoles, italianos, yugoslavos, portugueses, y americanos, de Colombia, Uruguay, Argentina, Chile, Cuba, dominicanos, y últimamente dentro del magnetismo atractivo existen colonias de peruanos, ecuatorianos, bolivianos y asiáticos, preferentemente chinos, que junto con el mestizaje de siempre y la nueva mezcla racial conforman una diferente raza de venezolanos que han dado como caso sin competencia seis miss universo y cuatro miss mundos, que luego llena de técnicos el país, y de allí en corto tiempo el mismo Pérez de que hablo hizo una nueva Caracas con grandes avenidas, desarrolló la agricultura y la pesca de altura como el atún, con una política de silos y dando créditos blandos por lo que el arroz, maíz, azúcar, sal, caraotas (fríjoles negros), la ganadería con más de diez millones de cabezas de ganado y en fin, a Pérez Jiménez a pesar del saldo negativo todavía se le recuerda con algún aprecio y reconocimiento.
Sería largo hablar de Venezuela, o El Dorado, que muchos la comparan con el ave fénix por su capacidad de reconstrucción y producción, tanto por el inmenso apego que le tiene a esta tierra sus connacionales, en épocas de vacas gordas y de las otras, como piensan en la adversidad por lo fallidos planes de la nación, donde su hijos se sobreponen a las inclemencias y luchan hacia un mundo mejor, con los grandes proyectos en la lista de espera, como serían las cuarta y quinta plantas hidroeléctricas sobre el Caroní, los nuevos puentes sobre el río padre Orinoco y el lago de Maracaibo, la construcción de viviendas populares, cuyo déficit hoy alcanza al millón y medio de unidades, el diseño y elevación de nuevas ciudades, etc.
Si bien la migración de capitales privados, como el grupo empresarial Cisneros y el de Alimentos Polar, el traslado de fábricas, de tecnócratas y de profesionales valga decir ingenieros y médicos, que ahora gozan de renombre en el extranjero, tal el caso de Colombia y España, el interés de invertir en Venezuela se mantiene latente, en espera de oportunidades a venir, porque este país, como es de todos conocido, por lo abierto de sus gentes, por el buen clima que lo entorna al extremo que siempre hay sol, mar, montañas, nieve, islas paradisíacas, selva, etc., y las oportunidades y facilidad de vida que abundan, con tazón se halla en la lista de los más solicitados. Pero dado que a su vez es un país respetuoso de la democracia, que ahora no es neoliberal sino socialista, como se oye decir, con ese supuesto sistema político en ejercicio se piensa todo nacionalizar mediante un proyecto centralista absoluto, y con lo expuesto a grandes rasgos pare usted de contar lo que sucede. Sin embargo a pesar de los grandes esfuerzos de llevarlo a cabo ha sido imposible este cambio absurdo, dadas las circunstancias específicas del país y porque los gobiernos izquierdistas demagógicos, que tuvieron su momento atrasado por estos lares provechosos, hoy van de capa caída como lo manifiestan estadísticas actuantes y las elecciones recientes en muchos países de América Latina, que hasta ayer se declaraban seguidores de esos principios programáticos, aunque no los fueran, El tiempo lo dirá y los votos conscientes, a pesar del inmenso ventajismo electoral que se pudiera llevar, eso a la larga ni encendiendo cañones se puede detener. Con estos días convulsos internacionales, que los estamos viviendo, para la muestra vaya el botón: Egipto, Túnez, Yemen, Siria, Libia, Palestina, Marruecos, Costa de Marfil, el efecto Bin Laden y paremos de contar. Ya aparecerán otros en la engrosada lista.
Para culminar esta interpretación actual, muy ajustada, pasemos al lado de la oposición racional solicitando ciertas respuestas a un problema pendiente: ¿Dónde está el más de un billón de dólares, o sea mil miles de millones, cifra astronómica que el aparato nacional “saudita” ha consumido en la gestión de doce años de poder, que no de gobierno, en el país que goza de las reservas petrolíferas más grandes del mundo?. Y para completar esta afirmación viene otra bomba que no es atómica pero casi. ¿Con qué moneda no devaluada se va a cancelar la ingente suma de dinero que el Estado debe al extranjero con el manejo de su política económica, en el curso de estos doce años?. Hay ejemplos de que sí se puede, pero eso incentiva a usted a grandes rasgos el conocimiento y la magnitud de lo que es Venezuela.
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