Amigos invisibles. El
concepto de muerte tiene varias interpretaciones como puede verse desde el
portal alegórico de este trabajo. Porque en principio el deceso oportuno no viene
siendo la interrupción de la vida sino cualquier otro episodio a señalar, valga
decir el separase de la actividad mundana
entrando en el anonimato de la existencia, como suele ocurrir, o el caer
en desgracia tan extrema que sin llegar a parásito de aquellos que pìntara
Kafka, desaparece de la escena. Por eso hay un dicho palpable que reza; sonar
aunque sea poco. Pues bien, con ello me
refiero a la existencia humana y al tránsito que se tenga dentro de ella, con
los pros y los contras que la vindicta histórica habrá de sopesar en la balanza
de la justicia ciega, aunque como sabemos con las trampas que existen y
desarrolla el ingenio humano, en el juego permanente se pueden cargar los dados
sobre este particular absoluto, que lo están muy cargados para muchos, aunque
poco a poco la realidad va saliendo a flote a pesar del duro camino que haya de
enfrentarse.
Pues bien, sobre
esta portada explicativa que presento hoy quiero referirme a un venezolano de
ejemplo que recorrió el tránsito vital haciendo el bien y mejorando el camino
que tenía en pro de su patria, hasta cuando le rinde la existencia el cáncer
que en dura batalla de tres años logró por fin exaltarlo a eso que llaman el sendero de la fama donde ya pasado un
tránsito de enseñanzas y de éxitos descansa para la vida eterna porque su nombre
con merecido asenso formará parte de estas colecciones que con un ritmo anual van enriqueciendo el calendario de los hechos merecedores a tal
prestigio y por tanto a dicho renombre. No ha mucho murió, pues, ese hombre del que
dejo constancia, en su natal Caracas, aunque la ascendencia por el lado paterno
era de la región andina occidental, y la materna proviene de Colombia, pues
allí casó su padre con una dama bogotana cuando el progenitor ejercía funciones
diplomáticas en aquella ciudad del antiguo virreinato. El crecimiento del joven
en referencia durante la infancia fue en la misma región andina de sus mayores,
pero el padre a los ocho años de edad del infante lo lleva a Bogotá a casa de
la abuela, para que sea educado en el conocido colegio de San Bartolomé, que regentan de antaño los
sacerdote jesuitas siendo raíz señera de próceres y altos personajes de la vida
pública colombiana, entre los cuales se cuentan algunos amigos de quien les
hablo, hasta el momento en que con lauros cosechados regresa a la cuna paterna
siendo ya Bachiller de tal institución de cultura, tiempo cuando en
conocimiento de su estudio y por
intercesión del académico doctor Ángel
Francisco Brice, directivo de la importante compañía petrolera Creole Petroleum
Corporation, que es subsidiaria de la gigante Standard Oil Company, le escogen
para enviarlo a proseguir estudios de
Ingeniería Química en los Estados Unidos. Por esa razón el bachiller bartolino
viaja al Norte con este afán prioritario y primero se establece en Denver,
importante ciudad de Colorado, donde en una escuela universitaria aprenderá a
conocer el inglés americano para meses posteriores residenciarse en Syracuse,
al norte de Nueva York, donde en la universidad de su nombre y famosa por los
análisis de investigación científica habrá de recorrer todo el pensum de materias referidas a la importante carrera
de Ingeniería Química, siendo supervisado por profesores y tutores en el curso
de su complejo estudio, hasta que con el título universitario en las manos
regresa a Venezuela para revalidar tal diploma académico, pasando luego a
integrarse dentro de la organización petrolera que es la primera de importancia
en Venezuela, o sea la Standard Oil
Company.
De todos es sabido
que para ese año de 1951 a
Venezuela y de tiempo atrás se la conoce como una potencia sobresaliente en
materia energética, que ayudó en buena parte a ganar la Segunda Guerra
Mundial con los constantes envíos de petróleo a los campos guerreros aliados y
que entonces vista su cercanía de los sitios de consumo, sus incalculables
reservas de este oro negro, como en el argot aceitoso se le conoce, y las
seguridades que tiene para su extracción en cuanto a los gobiernos de turno,
dan un auge inconcebible a este país que anda entre los primeros productores
del mundo. La carrera que se lleva es grande y muchas empresas de importancia
trabajan en terreno apto desde 1918, cuando toma auge la industria extractiva
de ese betún negro impregnado de gasolina emanando de la tierra en gran
cantidad entre pozos petroleros que dominan a buena parte del Lago de Maracaibo
y el Oriente de Venezuela, principalmente, con lo que se surte a refinerías pequeñas del país y el extranjero,
entre ellas a las vecinas Curazao y Aruba, pero como la producción aumenta porque el consumo se expande en alto nivel,
las dos casas matrices que lideran tal extracción piensan en montar grandes
refinerías en la península de Paraguaná, y en tal empeño anda la Standard Oil , que ha empleado
al novel ingeniero venezolano de quien hablamos, porque con prontitud lo envía
a ese destino para rendir una labor inicial partiendo prácticamente de la nada, a objeto
de levantar con tesón y durante meses sin descanso apoyado de excelentes
compañeros y viviendo en barracas importadas estilo motor home, esa inmensa
refinería competidora únicamente en el mundo en capacidad con la existente en
Abadán, de Irán, llamada por cierto de Amuay, que llega a tener ochenta
kilómetros cuadrados de construcción diversa y que años después nuestro
ingeniero químico luego de un ascenso consumado por méritos que acumula, vendrá
a ser Gerente de dicho enorme centro industrial.
La labor activa de
quien nos referimos en el campo del petróleo es tesonera y muy extensa, durante
más de treinta años de su ejecución, que lo lleva a escalar por innúmeros
cargos y responsabilidades, porque así lo dispone esta Compañía para ir
preparándolo entre sus ingenieros
estrellas con el fin de que rinda al máximo en diversos trabajos encomendados,
entre los que llaman de campo hasta aquellos de oficina, por lo que al mismo
tiempo dicho profesional es sometido a un extenso entrenamiento a lo largo de
la carrera meritoria que realiza, de
donde también debe realizar viajes de estudio al extranjero en tantas
oportunidades para ponerse al día en técnicas industriales muchas de las cuales
son patentadas por la propia Standard o están en vías de investigación. Que
recuerde por ello se desplaza con
frecuencia a centros especializados en los Estados Unidos y de Latinoamérica, y
en sitios escogidos por esa compañía para perfeccionar a funcionarios de nota y
otros empleados en diversas áreas del
proceso industrial, como pudiera ser Bogotá y Lima, o bien en Baton Rouge de
Louisiana, donde dicho profesional permanece un año más de investigaciones y
aprendizaje porque para entonces él ya es un técnico con carácter de profesor
en las materias de su alcance. Ya en aquel tiempo de la carrera energética ha
sostenido una labor de gran experiencia sobre algo que la Standard dedica gran
esmero en Venezuela, cual es la producción subacuática de petróleo, con los
problemas que ello contrae, por lo que nuestro ingeniero con un equipo
entrenado bajo su dirección realiza operaciones submarinas petroleras en el
lago de Maracaibo con vista a las aguas profundas, por primera vez en el mundo
llevadas a cabo, que terminan en un éxito como obra de mérito y la tenacidad
que de seguro aumenta de manera sustancial el valor de sus acciones
empresariales en la Bolsa
de Nueva York.
Nuestro experto directivo
comienza a recorrer escalas a lo largo del territorio patrio con su ya formado
prestigio dentro del eficiente personal de la compañía como en las altas
esferas de la misma, por lo que ya se le destina a trabajos de otra responsabilidad
cuya orden le compete en primacía, como es el caso de ser Gerente de la
refinería de Caripito, que a través de múltiples oleoductos abarca numerosos
bloques productivos de la región oriental, mientras entran a producir otros
campos valiosos, tal el caso de Anaco. De esas labores sustanciales este ingeniero
superior es trasladado a Caracas para tener conocimiento exhaustivo de toda la
problemática empresarial, que se maneja en privado desde la capital de la
república y donde existe maquinaria importada de última tecnología o para el
avance de la ciencia, como es ya el inicio de la cibernética y la computación
en ese campo energético, que cada día eleva la empresa a nivel mundial y donde
nuestro capaz funcionario atiende a cabalidad los trabajos que le son
encomendados. Mas debido a la labor que esta industria ejerce de manera cada
vez más avasallante y como Amuay con su producción sofisticada es la punta de
lanza en Venezuela, que ya ronda sobre el millón de barriles diarios de
petróleo, la empresa con rapidez resuelve designar a este ingeniero en calidad
de Gerente de dicho enorme complejo industrial, que es una ciudad en sí, y donde
se llega a tener tal pericia en el desempeño de las funciones que prácticamente
no existen accidentes a lamentar, lo que es otro record mundial. Allí permanece
un tiempo al frente de esa enorme responsabilidad y de los compañeros que le
aprecian por el don de gentes y afabilidad, hasta cuando dicha empresa resuelve
trasladarlo de nuevo a las labores de Caracas al mando de las oficinas ubicadas
en Los Chaguaramos, o sea de Lagoven, desde luego con otras responsabilidades
de alta gerencia ejecutiva.
Pero es
precisamente en esta época cuando la actividad del dinámico ingeniero va a
tomar otros visos de importancia suprema, correspondientes en sí a los cambios
de la política nacional que tienden a nacionalizar las llamadas empresas
básicas, fábricas que sin cambiar la estructura interna pasan a poder del Estado, aunque pueden serlo
con diferentes nombres porque las diversas sociedades extranjeras una vez
debidamente indemnizadas abandonan el país. Por esa razón este ejecutivo
caraqueño debido a su alto conocimiento en materia del petróleo gira en 180
grados de actividad al formar parte del equipo gerencial que ahora pertenece al
staff del Estado interventor pero que no toca el fondo autonómico de la sociedad
porque conoce a ciencia cierta que el petróleo es la base fundamental de la
riqueza en Venezuela y porque aquella Venezuela llamada por antonomasia saudita requiere de buen capital o de ganancias para
llevar el tren de calidad en que se vive, donde las fronteras del venezolano
común ya no existen porque Miami, Nueva York, París y tantas otras capitales
son parte de este juego internacional donde también se debate la sociedad
venezolana. Y debido a sus amplios conocimientos el Gobierno Nacional a nuestro
avezado administrador primero le encomienda exclusivamente la reconstrucción de
la destruida empresa Petroquímica de Morón, creada por el presidente Marcos
Pérez Jiménez y que había llegado a la triste situación de ser una oficina
empleadora con el diseño burocrático del lento y protegido funcionariado
público, de baja producción y hasta con varias fábricas cerradas, lo que
cambiando su estructura por el de una empresa eficiente, competidora, y
siguiendo los patrones taylorizantes del
valor hombre-tiempo como otros ajustados a esa ruinosa situación, que aplica
también un mismo diseño en la subsidiaria
empresa petroquímica El Tablazo ubicada en el lago de Maracaibo, y en la específica de Cavim, para transformar todo
ello en un emporio eficiente que no produce déficits anuales ni menos el
mantenimiento del Estado, por lo que a su salida de tal cargo de
responsabilidad marcha la empresa PEQUIVEN en ascendente producción y con un
nuevo rostro de eficiencia.
Poco tiempo después
y por el nombre que sostiene en los medios profesionales respectivos, nuestro
ingeniero en ascenso es designado para que dirija como Gerente a la refinería
de Puerto La Cruz ,
antes perteneciente al extinto grupo de la Menegrande Oil
Company, donde bajo el aprecio gubernamental desde la espaciosa MENEVEN de
Caracas va a desarrollar una labor y por sus saberes empresariales
dirigida en tres fases, porque con el
conocimiento aprendido se dedica a desplegar el estudio óptimo sobre el inmenso campo denominado Faja
Petrolífera del Orinoco, de 300 kilómetros de largo por 30 de anchura,
donde se descubre el famoso campo El Furrial, que al explotarlo cambia la
geografía petrolera de Venezuela y trae de nuevo a importantes empresas
transnacionales al país, transformando aquello en un emporio de riqueza y más
cuando con la investigación llevada a cabo Venezuela se encumbra al patentar
inventos orimulsionados sobre la extracción de petróleo pesado en dicha zona,
por lo que bajo la dirección de este ingeniero se construye en parte el
complejo diverso y petroquímico de Jose, el cual fue puesto en marcha con
invitados internacionales del presidente de la república Jaime Lusinchi, siendo
anfitrión de tal evento importante, el ingeniero caraqueño. Es el momento cumbre
cuando al tantas veces citado profesional se le busca para ser no esta vez
presidente de LAGOVEN, empresa donde llegó a manejar una plantilla de 46.000
empleados eficientes y como lo ha sido con el éxito palpable, sino de PDVSA
(Petróleos de Venezuela S.A.) que para entonces era la primera o segunda
empresa a nivel mundial, compitiendo así con ARAMCO, pero los hados del destino
se interpusieron al entrometerse la política oficiosa en su designación y ya
siendo aprobado su nuevo destino por el Congreso Nacional a objeto de tal
nombramiento, una vez que nuestro personaje se entrevistara con el Jefe de la
fracción parlamentaria de Acción Democrática, de mayoría en el Congreso, doctor
Gonzalo Barrios, porque la “mano peluda” como se le llama, de un expresidente de
la bancada opuesta, quien luego entregara el país a lo que estamos aún
viviendo, llamó al palacio presidencial de Miraflores una vez que conversara
con el expresidente Betancourt para presionar en el nombramiento a favor de un
recien llegado, primo hermano de su esposa y que nada sabía de petróleo, por lo
que en medio año de su baja gestión a una empresa totalmente sin deudas le dejó
un mono de cifras en rojo montante a 3.500 millones de dólares, por la primera
vez en tanto tiempo de su vida fiscal. Así son las cosas y más de la política.
Al ingeniero
químico de cuya carrera hablamos le llegó el tiempo de la jubilación, pero dada
su competencia en esos campos científicos el Gobierno Nacional le pide que una
vez pasado a retiro acepte encargarse de presidir el famoso proyecto llamado Cristóbal
Colón, industria de gas a desarrollar en una extensa región gasífera (“acumulación
gigantesca de gas”) que tiene Venezuela en aguas territoriales desde el suroriente
de Margarita hasta colindar con la línea marítima que separa a Venezuela con
Trinidad y Tobago, sitio que visitara por primera vez el almirante oceánico
Colón. En Caracas se montaron amplias oficinas por la urbanización Bello Monte
para continuar este jugoso plan y porque Venezuela adolecía de suficiente gas para
el consumo interno, de donde la
importancia era estimable en tal empresa del campo petrolero. Nuestro reputado
profesional para más conocer a fondo sobre la actualidad de esa competencia
debió viajar al frente de una delegación a Indonesia y Australia, entre otros
lugares de plantas establecidas sobre la materia en ciernes, y mientras Trinidad
ni corta ni perezosa emprendía por su parte la creación de una empresa de gas a
un lado de la proyectada nuestra, que
por cierto hoy funciona con buen rendimiento de exportación y de ingresos de
moneda dura a esas islas vecinas. Pero a este proyecto ambicioso que ya tenía
sociedad tipo join venture con sólidas empresas internacionales que fueron la Shell , Exxon y la nipona
Mitsubishi, y otras del cartel petrolero por haber firmado el precontrato de su
participación accionaria, pensándose entonces en construir barcos esféricos especializados
para el transporte de gas comprimido y la compleja instalación refinera a establecer
cerca de Güiria, pronto le llegó una desidia política fatal de parálisis
acaparando los negociados impuros a tan bello proyecto que hoy nos solucionaría
los déficits presupuestarios y la necesidad perentoria del consumo de gas, insumo
fundamental que ahora importamos de Colombia, pues el cáncer o la polilla de la
política parroquial destruyeron aquel serio trabajo que nuestro ingeniero trazó
con su experiencia y con socios de la calidad señalada, para bien de Venezuela
y de su población. Pasó entonces a la actividad privada en empresas líderes de
encuestas y como consultor internacional en materia de petróleo, tal los casos
de Colombia y México, que fue cuando se le presentó la enfermedad cuyo final he
mencionado.
Dejo así
compendiada en tramos de pincel la vida de este hombre callado, humilde y
dinámico que nunca quiso espectacularidades alrededor de su cabeza, porque los
sabios son sencillos y prefieren permanecer a la sombra de los acontecimientos.
Pero es hora de que ante la reciente desaparición física alguien eleve con
orgullo el estandarte de su personalidad para ejemplo de quienes siguen en el
camino de robustecer el nuevo país, y a fin de dejar constancia que Venezuela
ni como país en su estructura ni como pueblo pensante ha de morir, así lo estimen
algunos desorientados salidos del cauce natural de la razón. Me refiero en esta
semblanza de estimación al venezolano Renato Urdaneta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario