Amigos invisibles.
Lo que voy a escribir en esta oportunidad acaso no les guste a muchos vivientes
y hasta dolientes de aquella época dictatorial, pero como en fin no tengo
compromisos en este sentido puedo hablar claro sobre un período importante de
la historia venezolana que hasta ahora ha sido tratada según conveniencias particulares,
por una serie de factores que impulsan testimonios diversos y no bien atenidos
a la realidad. Pues bien voy a realizar el trabajo con el carácter de
historiador nada sustentado en detalles de relleno ni a largas notas que en vez
de aclarar oscurecen el tema, que de paso sea dicho puede ser enfocado con
distintos matices, dado el cambio fundamental que durante ese tiempo ocurriera,
pero que adolece, como todos los de su época en estos campos manchegos de
América Latina, de tener por detrás el sello de lo dictatorial impuesto y no con
simple deseo, sino porque así era señalado por los altos cenáculos dirigidos
desde Washington, para el resguardo y cultivo de los intereses propios.
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Gral Marcos Pérez Ji´ménez |
Valga decir que Marcos
Pérez Jiménez es el primer presidente que huele a siglo XX, es decir totalmente
desapegado de los viejos instructivos que en materia política y de estado
venían turnándose primero en forma lenta hasta la muerte del general Juan
Vicente Gómez, en 1935, y luego con cierto deseo de arranque a partir de la
llamada Revolución del 18 de octubre de 1945, porque ésta sí fue de esa
categoría al romper el telón oscurantista que mantuvo apresado el país, pues
incorpora el concepto general de una nueva
Venezuela, pero que con las disputas posteriores entre los dirigentes que
emanan de ese golpe de estado, a poco viene a dar al traste con las ideas de
avance que contienen sobre todo en el aspecto social del país, pero que pronto
luego de otros acomodos entre la casta militar reinante resulta ser el triunfador
de entre ellos el susodicho Marcos Pérez Jiménez, quien con cierta maña
acostumbrada por esa mafia militar terrible para los `pueblos latinoamericanos,
sale a flote como el mejor de tal casta y manejará el país con otra visión
nueva durante una década de poder, incluyendo los sucesos ocurridos entonces y
el sonado magnicidio del coronel Carlos Delgado Gómez. Para entrar en noticias
sobre este personaje diremos que nació el 25 de abril de 1914 en un pueblo del
occidente de Venezuela llamado Michelena, erigido el siglo XIX con campesinos emigrantes del desastroso terremoto de Lobatera, de 1849, comunidad por cierto muy humilde elevada en la alto de la montaña con clara visión comarcal. Su padre era un
maestro de escuela primaria, que en la fronteriza Cúcuta casó con otra maestra
de escuela, fundando el hogar en aquel sitio de labriegos con mucha constancia
de trabajo y ejercicios del conocimiento, en los cuales se instruyen los tres
hijos de este matrimonio formados con el ejemplo del diario quehacer y el deseo
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Gral. Gómez y Gral López Contreras |
de superación.
Los años fueron pasando mientras los hermanos Pérez Jiménez
estudian en San Cristóbal aún en tiempos del andino presidente Juan Vicente
Gómez, de larga actuación patriarcal, y en el momento oportuno viajan a
Caracas, en época previa al cambio efectuado de Gómez a Eleazar López
Contreras, ambos tachirenses, cuando los andinos de ese estado mandan sin
interrupción desde 1899 hasta 1935,
a lo que luego se agregarán muchos años más en ese poder
supremo. Por esta circunstancia de la residencia en Caracas Marcos Evangelista ingresa
a estudiar en la vieja Academia Militar de Venezuela, en 1931, donde cursa la
carrera correspondiente con las más altas calificaciones aún no superadas y
sobresaliendo entre sus compañeros por la capacidad y de un inicio demostración
de mando.
Pequeño, de buena
presencia y sereno en el hablar sin retóricas, sería obra de un estudio muy
amplio poder referirse a su persona como político, hombre de estado, militar,
técnico y visionario que lo fue y sobre todo de un gran amor a su patria a
través del pensamiento conservador y nacionalista que lo impulsara en las
acciones a efectuar, por lo que modestamente me referiré en grandes pinceladas a
su exitosa carrera humana y profesional, que ya es como decir mucho. Que tuvo
errores y desaciertos nadie lo niega, pero si comparamos su pasantía por el
palacio presidencial de Miraflores con cuantos a partir del finado general
Gómez por esos predios anduvieron en escarceos inocuos o vegetando en la rapiña,
el premio al mejor mandatario se lo lleva él, sin que, repetimos, los tantos
desagradecidos camaleones que cambian de colores y los lógicos enemigos del
ostracismo o de la cárcel y de las ideas políticas, piensen lo contrario. Nadie
es perfecto ni menos los que se sientan en la silla y a veces trono de
Miraflores, que este supo bien ocupar. Que tuvo una fuerte policía para
defender el régimen de tantos alborotos llamada la Seguridad Nacional,
lo acepto sin ninguna duda, pero si enfrentamos a ello la inmensa construcción
del esclerótico país que en vuelta de diez años pudo realizar para sacarlo del
tiempo de las cavernas, salvo en algunos aspectos el breve período de la Junta Revolucionaria
de Gobierno, eso en el tribunal sereno y ciego de la Historia lo compensa con
creces, por lo que pasados casi 60 años de su lejanía del país deben revisarse
los textos de enseñanza para reflejar sin rubor y callados los pocos que aún
murmuran, lo que en verdad fue el tiempo propicio del Primer Magistrado Pérez
Jiménez.
El andino castrense recien graduado pronto
obtiene una beca para que vaya a instruirse en sus materias en la conocida Escuela
Militar de Chorrillos, en Lima, laboratorio
creativo remedo de West Point, guardando las distancias, todo después de la
cruenta guerra del Pacífico contra Chile, de donde sus corredores y aulas
bullían de un espíritu no solo manejado por la técnica más avanzada, sino por
la ideas sostenidas en cuanto al desarrollo de los pueblos atrasados que venían
formándose a través de la experiencia fascista italiana y de otras corrientes
librepensadoras europeas sostenidas como antídotos contra el comunismo expansivo,
que entonces apoyaba la Casa Blanca
y el Pentágono, ambos de Washington. A su regreso al país Pérez Jiménez es
empleado en puestos atinentes del Estado Mayor, al tiempo que da clases en la Academia Militar,
donde se consustancia con las novedosas ideas que bullen entre sus alumnos y
quienes aspiran mediante grupos o logias activas al cambio necesario en la
conducción del país, entrando así en relaciones con partidos políticos recien
constituidos y con grupos que adversan peligrosas ideas comunistas. En estos
andares trasiega su trabajo cuando a raíz de los sucesos acaecidos al final del
gobierno manejado por el general andino Medina Angarita se produce el golpe de
estado del 18 de octubre de 1945, entronizándose entonces un nuevo gobierno
lleno de dificultades aunque con promisorias ideas para cambiar el destino de
la república, el que al cabo de tres años zozobra por incomprensión de los
partidos y la pujanza de la logia militar, lo que da pie a que la Junta Revolucionaria
de Gobierno con otro golpe cuartelario dé paso a la Junta Militar de Gobierno, con
el capaz comandante Delgado Chalbaud a la cabeza, que a
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Carlos Delgado Chalbau |
raíz de su magnicidio
da entrada al tímido marioneta Suárez Flamerich, y a este le sucede Pérez
Jiménez al mando de una Junta de Gobierno que en l952 convoca a elecciones
presidenciales acaso prematuras, que pierde desde luego el militar en turno,
pero cambiando la jugada en un pronto golpe de palacio apoyado por la Asamblea Constituyente
con rapidez le designa Presidente Provisional, y luego lo elige para dirigir
los destinos del país en el quinquenio 1953-1958, que sin lugar a dudas, porque
lo dicen casi todos los estudiosos, ha sido el período más floreciente de la
administración pública en Venezuela.
Por encima de que
se entroniza un gobierno militar pero con personajes capaces en diferentes
materias que sabe escoger el propio presidente Pérez, como Sansón, Gómez Ruiz,
Vallenilla, Urbaneja, Chataing, Otáñez y otros, y de que mediante nueva cuenta aparecen
movimientos en contra del gobierno azuzados por los partidos de extrema
izquierda y algunos revoltosos socialdemócratas, principalmente, el gobierno
echa a andar sobre una base que tiene fundamento en los planes aprobados del
urbanista francés Maurice Rotival, traído durante el tiempo de Delgado Chalbaud
en la intención de reformar a Caracas, con el aumento de los precios petroleros
y de ciertos impuestos provechosos, en el sentido de establecer una suerte de
tropical visión del sueño americano, donde la ciudad y el entorno del valle en
que se asienta está cruzado por grandes avenidas y autopistas, como de edificios
suntuosos dignos de la gran capital, desarrollo que el presidente Pérez Jiménez
vigilará personalmente desde cuando se inicia la construcción del c entro cívico
denominado Torres de
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Torres del Centro Simón Bolívar |
El Silencio, en lo que se pudo ver de día y de noche a
miles de trabajadores excavando con máquinas adecuadas cierta enorme aérea del
centro de Caracas, con una profundidad de algunos veinte o más metros para
cargar inmensos camiones que luego depositaban esos colosales escombros
rellenando grandes cavidades de quebradas bajantes del cerro El Ávila, para
formar así lo que se llama Avenida Andrés Bello de Caracas. Excusen los
aumentativos, pero fue verdad. De inmediato también con el mismo furor
empresarial comenzaron a trabajar cuadrillas de trabajadores y maquinaria
necesaria para mejorar el Palacio de Miraflores, al que se le agrega el Palacio
Blanco y el cuartel de la Guardia Presidencial, importantes edificios de
estilo neoclásico. Con el mismo empeño que recuerde, porque voy haciendo uso de
la memoria, el gobierno piensa en crear una universidad alejada del centro de
la ciudad, por lo que encarga a arquitectos especializados como Villanueva, Malaussena,
Domínguez y Chataing, el diseño de las nuevas estructuras urbanísticas, de lo
que van saliendo edificios como los de la Universidad Central
de Venezuela, para lo que adquiere la llamada Hacienda Ibarra, centro superior que se completa con el más moderno mobiliario y artístico, donde predominan esculturas y mosaicos de categoría mundial que hoy son considerados patrimonio de la humanidad, y a lo que quizás la juventud universitaria olvidadiza no considera quién fue el promotor y creador de esta magna obra, con canchas deportivas de primer orden. En ello es posible que le adverse el mal recuerdo, con cierta razón pero no toda, en el cierre de la Universidad por la dictadura actuante, para evitar así muertes juveniles y otros descalabros que fueron prevenidos.
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Ciudad Universitaria de Caracas - Universidad Central de Venezuela |
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Aula Magna de la Ciudad Universitaria de Caracas Universidad Central de Venezuela |
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Urb. 2 de Diciembre ahora Urb. |
Siguiendo en este
mismo orden de ideas y porque era presidente de todos los venezolanos, sin
distinción alguna, sobre la base de una política del pleno empleo y del
concreto armado, afincado en la doctrina del Nuevo Ideal Nacional, en el rumbo
de la doctrina del bien común y hacia la transformación del medio físico que
sustenta como mezcla de ideas liberales y positivistas, generando planes de
altura Pérez Jiménez pensó en la clase depauperada, por lo que de un inicio
declara la guerra a los ranchos y los barrios marginales, de donde en forma
inmediata y accionando el Banco Obrero inicia una política de construcción, por
ejemplo, de 53 bloques de hormigón, que comienzan a construirse desde atrás del
barrio El Silencio, atravesando toda Catia y vienen a terminar en las Lomas de
Urdaneta, extensa zona que desarrolla para la clase pobre en edificios de hasta
quince pìsos o plantas con sus comodidades respectivas y apartamentos de tres y
cuatro habitaciones, para lo cual rediseña toda una serie de montañas bajas que
habían sido invadidas con casas muy humildes y a veces de latón o materiales de
desecho, política habitacional que amplía en todo el territorio patrio, de
donde se ven privilegiadas y junto a las pequeñas en este sentido ciudades que
comienzan a crecer acorde a un plan establecido como Maracaibo, San Cristóbal,
Valencia, Maracay y Barquisimeto. De otro lado y continuando en esta política
de ayuda a la clase pobre, que ya tiene trabajo, bien público o privado, para
sostener el nivel sanitario de la población dispone edificar múltiples
hospitales gratuitos para que se beneficien entre los más necesitados y otros
de la clase media, de donde aparecen el Hospital Universitario de Caracas, modelo de éxito en
América Latina, como también el muy bien instrumentado
Hospital Militar, que se ubica en la zona caraqueña de Artigas. Mas no contento con todo ello el Presidente en
funciones que trabaja de noche y de día también se acuerda de los trabajadores,
y fuera de mejorar las casas sindicales crea centros de recreación para ellos y
su familia, como el ubicado en el sitio playero Los Caracas, que también tenía
fama a nivel mundial en esos años de la década del 50. Y para rematar con la
creación a favor de los trabajadores pone en funcionamiento sus ideas creando
el Seguro Social Obligatorio, que fue otro modelo de institución en este sentido
y en el campo internacional. Es triste y ya pasado el tiempo que las pasiones
negativas aún sobrevivan porque de estas y otras más reivindicaciones obtenidas
por los trabajadores en esa época ni la misma CTV, que aún subsiste, ni otras
organizaciones sindicales, que hoy pueden pensar mejor sobre aquellos
problemas, se acuerden de sus beneficios y que callen de manera absurda las
buenas obras que se vieron hechas una realidad.
Pérez Jiménez dióse
a la tarea de cambiar la faz de Venezuela, al extremo que su nombre por primera
vez se oyó nombrar en el mundo en desarrollo, dejando el país de ser conocido
sólo por su petróleo, de lo que ahora estamos en retroceso, salvo de la figura
esperpéntica que lo maneja. Como fuere que la presencia oficial de militares
era privilegiada, por ser ese su extracto sustancial, pensó de un inicio en
reformar toda esa estructura anquilosada, por lo que de inmediato adquiere
sendas flotas de aviones a reacción clase vampire y meteor, a la Gran Bretaña, con lo
que de seguidas Venezuela pasa a tener el mejor ejército del aire existente en la América Latina. Y no contento
solamente con ello, en los astilleros de Glasgow y Livorno, principalmente,
también ordena que se construyan otras flotas marítimas para reconstruir la marina
mercante, por lo que en poco tiempo la Venezolana de Navegación pronto pasa a engrosar
barcos de calidad y tonelaje capaces para mantener el comercio que entonces
realiza el país. Y aún no tranquilo con este avance se da a la tarea de
modernizar toda la institución armada con la adquisición del muy moderno
material de combate, al tanto que construye cuarteles, adquiere la extensa
hacienda Coche en Caracas, donde afinca la nueva Academia Militar de Venezuela
e instalaciones anexas, el famoso Círculo Militar con un hotel incorporado y el
salón especial de mármol con capacidad para 4.000 asistentes, que era el más
amplio a importante de América Latina. En esto perdonen la modestia, porque no
estoy exagerando, ya que Pérez Jiménez ha sido el único Jefe de Estado que miró
siempre hacia el porvenir, por lo que sus construcciones no fueron
inmediatistas, y a las pruebas me remito, pues sesenta años después de su
desaparición de la escena política en gran parte aún vivimos la etapa
perezjimenista que en este sentido nos dejara. Y conste que durante todo ese
tiempo de su gobierno el que esto escribe permaneció estudiando en
universidades europeas, por si acaso.
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Autopista Caracas-La Guaira 1953 |
Otra de las grandes
empresas del ahora recordado presidente se refirió no solo a construir
autopistas en el país, de gran valimiento e importancia a nivel mundial como
ocurrió con la que une a Caracas con el puerto de La Guaira, donde inaugura los
primeros puentes pretensados del mundo, obra de la compañía francesa Campenon
Bernard, sino que el túnel de más de tres kilómetros de largo que allí se
incluye al momento de su apertura vino a ser el más largo para servir en
América Latina. Ojalá que estos recuerdos no se empañen, porque en el momento
de ir al juicio sereno de la
Historia se debe despojar de prejuicios y de envidias, tan
comunes en el ser humano. No podemos
olvidar dentro de las realizaciones que
Pérez Jiménez llevó a cabo para diversificar la industria del país, que hasta
entonces estaba en su apogeo en materia petrolera, de mucha importancia también
a nivel mundial, como fue el empeño puesto en crear una industria petroqúimica,
que la establece en Morón, y el sensacional complejo minero siderúrgico de altos
hornos que sitúa en Guayana, con lo que abre otro inmenso potencial y de
desarrollo a esa enorme región venezolana, que abarca entre otros elementos la extracción
de coke, producción de hierro, exportación de mineral, la enorme industria
hidroeléctrica con una de las presas más grandes del mundo (la segunda),
llamada Gurí, y cuatro presas más, como la exitosa industria del aluminio, que
manejara consorcios venezolanos y extranjeros. Antes de dejar la presidencia de
la República Pérez
Jiménez con un plan bien trazado ya construía el puente sobre el lago de
Maracaibo, con lo que iba a unir aquella tan importante segunda ciudad del país
con el resto de la república. Así como inicia un amplio plan ferroviario
nacional con el tendido de Puerto Cabello a Barquisimeto, rumbo a Maracaibo, concluye
igualmente la amplia carretera panamericana, extensión de una mayor obra para
unir el continente, que de Caracas a la frontera con Colombia tiene una
trayectoria de más de mil kilómetros de extensión. A esa labor progresista
debemos agregar su amplia política de inmigración europea, que tanto bueno
trajo al país para las obras de envergadura a emprender, el inmenso desarrollo
en el campo agropecuario, con los embalses ejecutados y la extensa producción
de arroz en el Guárico y Turén de Portuguesa, la política de silos, los
préstamos a este sector fundamental y el novedoso y científico experimento lleno
de éxito con la creación del complejo Instituto Venezolano de Investigaciones
Científicas, cerca de Los Teques, donde bajo la sabia dirección del ilustre
Fernández Morán, candidato el Premio Nobel, se coloca un reactor nuclear,
rodeado de numerosos hombres de ciencia, que es el primero establecido en
América Latina. Como no se puede alargar mucho el trabajo, diremos que otro
fabuloso plan visionario que construyó el presidente Pérez fue el turista, con
el que llena de hoteles de lujo y de medianos el ámbito turístico del país, donde
sobresale el Humboldt sobre la elevada cima El Ávila, frente a Caracas, y el
teleférico al nevado pico andino Espejo, que entonces fue el más alto y largo
en extensión del mundo (12 y medio kilómetros de largo y casi 4.800 metros de
altitud).
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Reactor Nuclear - Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas IVIC |
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Holet Humbolt de Caracas |
Valga recordar en
este momento la posición nacionalista de su gobierno, como fue la defensa
sostenida contra las pretensiones de la hermana Colombia en cuanto a los
islotes de Los Monjes, y el plan ya en preparación que de manera militar iba a
devolver la Guayana Esequiba
al territorio nacional, problema a resolverse en marzo de 1958, según planes
preparados por el ejército de Venezuela, que incluían el desembarco de tropas
anfibias y aerotransportadas. Cuando se acercaron las nuevas elecciones
presidenciales para finales de 1957 y a sabiendas de la popularidad que
mantenía Pérez Jiménez, para reducir costos en este sentido el gobierno bajo
influencias del ministro Valenilla Lanz dispuso en vez de una elección corriente
proceder a un plebiscito declaratorio de si se aceptaba continuar en el poder
por cinco años más el presidente Pérez Jiménez, quien disponía de este tiempo
para concluir varias importantes obras (cerca de 200 de un plan preconcebido) antes de retirarse del poder,
como en su seriedad característica lo había prometido, plebiscito que gana a
favor del Sí, pero al poco tiempo un
pequeño grupo en armas disgustado con el tal referéndum alegando una
trampa se alza por tierra y por aire, lo que domina prontamente el general
andino, aunque a partir de ese momento y por fuerzas políticas ocultas que se
mueven crean una peligrosa tendencia guerrera que el Presidente no está
dispuesto a aceptar, de donde el 23 de enero de 1958 y ante la posibilidad de
un enfrentamiento humano que Pérez debía ganar aunque con la presencia de
sangre en los pocos cuarteles desafectos y la Academia Militar,
decide recoger sus bártulos dejando una famosa maleta llena de valores
bursátiles que lo incrimina en delitos fiscales, mientras con su familis vuela
en la madrugada de esa fecha a Santo Domingo y después a Miami, donde se
establece bajo resguardo americano. Pero en este caso la traición jugó su
parada, porque llevado a juicio en Caracas, con un tribunal complaciente Pérez
Jiménez es condenado a cuatro años de prisión, y los Estados Unidos que antes
lo habían condecorado en 1954 con la más alta presea otorgada a distinguidos extranjeros,
o sea la Legión
del Mérito, lo entrega de manera sorpresiva al gobierno de Venezuela, porque
según se dijo Pérez Jiménez ya era un peligro para los Estados Unidos, al
ofrecer en 1957 cien millones de dólares en la reunión de Panamá para un Fondo
Monetario en beneficio de los países pobres de América Latina, y eso se
consideró algo extremo en el llamado patio trasero americano.
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Rómulo Betancourt |
Pérez Jiménez fue
traído a Venezuela y se le mantuvo 4 años y ocho meses dentro de una jaula
especial en la Cárcel
Modelo de Caracas, los ocho meses de ñapa por orden propia de
Rómulo Betancourt, que desde luego lo odiaba. Al salir de chirona unido a su
familia el militar se establece en Madrid y con los 300 millones de dólares
estimados que se lleva, cantidad que es nada en comparación con los 3.000 millones
de dólares que maneja con éxito en su no largo mandato, se dedica a realizar
grandes negocios inmobiliarios en Madrid y Mallorca, con lo que la visión de la
fortuna lo hace bastante rico. En Caracas em 1968 y con el partido que se funda o sea la Cruzada Revolucionaria, Pérez Jiménez es elegido holgado Senador de la República, pero muy a la
carrera Rómulo Betancourt y el segundón Rafael Caldera ordenan con su gente en
el Congreso reformar la Constitución
Nacional para impedir este ascenso ordenado por el pueblo,
inhabilitándole para el cargo. Así terminó la carrera política de este hombre
que ahora sin tanto sesgo e interés como lo he dicho su labor debe ser reescrita
para conocimiento de todos los venezolanos. Y como Hugo Chávez Frías sabía muy bien
que buena parte de su inesperado primer triunfo se debió al voto complaciente
de los venezolanos que creyeron en este militar llanero a fin de enrumbar a
Venezuela al estilo de Pérez Jiménez, invitado para la asunción de mando a
última hora y a objeto de evitar mal querientes interesados el viejo general
desistió de estar presente para asistir al comienzo del fin, en que andamos
desde hace muchos años. Murió en Alcobendas de España, el 20 de septiembre de
2001.
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